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Cinco, cuatro, tres, dos, uno; feliz Año Nuevo

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Jueves 28 diciembre, 2017


Reflexiones

Cinco, cuatro, tres, dos, uno; feliz Año Nuevo

Seguramente recordarán mis lectores que para culminar un año se acostumbra la lista de resultados y de pendientes por hacer; en lo personal, con miras a mejorar en el año siguiente, a nivel país, para intentar hacerlo mejor cada vez y tener un mayor nivel de desarrollo. Por eso les dejo esta lista de mi columna Reflexiones, para los que gusten completarla y colgarla, entre los recuerdos de 2017.

Siempre sucede que el año tiene cosas de no olvidar, como el estribillo de la canción que nunca pasa de moda “yo no olvido el año viejo”, pero algunas cosas son definitivamente para olvidar. Les pido me perdonen si dejo algo sustantivo sin tocar, en una breve columna no puedo cubrir tanto como quisiera decir. Espero que tengan todos y todas felices fiestas y que el Año Nuevo 2018 les tenga al país y a ustedes y sus familias mucha alegría, salud y trabajo.

Los resultados de 2017 como país dan cuenta de cosas muy novedosas, como la recién aprobada legislación en materia de vehículos eléctricos; no podríamos olvidar tampoco, la noticia estupenda de haber clasificado por quinta ocasión a un mundial de fútbol en Rusia, luego de haber doblegado a nuestro “segundo gigante” de la Concacaf, Estados Unidos de América, en su casa; esta vez en un campo normal, sin nieve. Otras buenas noticias han sido el aumento de las exportaciones y del turismo, actividades que han seguido creciendo y colaborando a disminuir el desempleo y la pobreza en el país. Nuestro mejor jugador y embajador sigue brillando en el Real Madrid, seguimos cosechando triunfos en lo deportivo y lo cultural y nuestras mentes brillantes siguen ganando olimpiadas y concursos sobre innovación.

En este 2017, hemos tenido nuevas advertencias como los cierres de volcanes, la tormenta Nate y por supuesto, el terremoto de Jacó. Sin embargo, la naturaleza sigue siendo benevolente y dando tiempo para ajustarnos al cambio climático y la prevención, el mensaje ha sido que debemos cambiar nuestra conducta antes de enfrentar un verdadero desastre país. La buena noticia es que aún tenemos como país la capacidad de colaborar y de ser héroes en estas situaciones difíciles, tenemos muchos héroes invisibles que han seguido siendo el orgullo de nuestro país.

Recordemos dónde no estamos tan bien. Ha sido un año de tropiezos en lo fiscal y monetario; el sube y baja cambiario de un gobierno que no termina por decidirse a qué política monetaria sumarse o apostar, el cuento de la crisis de liquidez, que no solo le ha puesto los pelos de punta a más de un abuelito, sino que nos deja claro que en materia fiscal lo económico no espera los tiempos políticos. Lamentablemente, el gobierno Solís Rivera se equivocó, no se puede esperar a la segunda parte de la Administración para tomar medidas en el tema fiscal. El problema es que se acabó la plata fácil y la deuda ya se come casi un tercio de nuestros ingresos fiscales. Al final de su mandato, el gobierno PAC deja más dudas que aciertos en lo económico. El segundo motor del avión no ha arrancado y seguimos a mitad de la vereda, eso sí con aguacates de la mala calidad, telefonía más cara por la descarga de datos y sin carreteras ni tren.

Es un año para olvidar en materia de reformas de mediano y largo plazo, el país se empolvó con el cemento chino y lo poco de credibilidad que quedaba a la casa de cristal y sus miembros, se lo llevó el polvo y el viento. A la fuerza se ha logrado pasar el cobro por descarga en datos y los se declaró la competencia en los nuevos mercados de telecomunicaciones. De estas incompetencias de Sutel les contaré el año entrante. Ha sido un año desastroso para el Incofer, para el MOPT y para el ICE. La infraestructura ha caído tan bajo, que ya casi nadie recuerda que finalmente en 2017 se inauguró, aún sin terminar, el puente de la Platina. Plantas eléctricas caras y que no funcionan, puentes sin iniciar, carreteras sin empezar y dineros urgentes de obras educativas sin utilizar. Así las cosas, 2017 ha sido un año de terror para la inversión pública.

A toda esta lista de cosas para olvidar de este año viejo debemos sumarle el deterioro gigantesco de la seguridad ciudadana. El deterioro social y la penetración del narcotráfico. Las armas clandestinas y la corrupción han hecho de 2017 un año de pésimos resultados para el país. Es un tema serio que pone en peligro nuestros logros y que efectivamente, no será tarea fácil enfrentar. La criminalidad organizada y el narcotráfico ponen la nota roja de 2017. Pero claro, tan fría como la campaña electoral, estos días de diciembre, que nos recuerdan que aun en la calurosa y tropical Costa Rica es posible llevar gorro, guantes y abrigo grueso, como si estuviéramos en el norte o el sur del continente. Es horrible el recuento de accidentes en carretera y en materia de homicidios es un año para olvidar.

Espero que al igual que yo, los costarricenses no olvidemos el año viejo tan rápido y que la cimarrona o la comparsa de las fiestas de fin y principio de año, no nos vuelvan ciegos ante el futuro por enfrentar. El país tiene en 2018 que enfrentar serios desafíos y decisiones que no deben tomarse a la ligera. De los resultados del proceso electoral de 2018 dependeremos por los próximos cuatro años. Que la meditación y el descanso de estos días les llenen de entusiasmo y que la sabiduría social de este país, que ha sido histórica, regrese y nos permita tomar el mejor camino en este próximo 2018. En tanto eso pasa, cinco, cuatro, tres, dos, uno; costarricenses: feliz Año Nuevo.

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