Ciencia y tecnología, retórica o prioridad
Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 20 mayo, 2014
![](https://www.larepublica.net/storage/images/authors/20201027103341.leiner-vargas-1.jpg)
Flaco favor le hacemos al país economizando en los campos donde se comprometen el futuro, el crecimiento y bienestar
Reflexiones
Ciencia y tecnología, retórica o prioridad
Es claro que el país no puede crecer a tasas superiores a la media del 4%, si no tiene un motor adicional que empuje un aumento de su productividad.
Los estudios en la OECD muestran que el crecimiento económico sostenido no es posible sin un aumento significativo y estratégico en la inversión país en materia de ciencia, tecnología e innovación. Acercar la economía tradicional campesina a los niveles de productividad medio mundial es importante, empero, esto es insuficiente para aumentar el PIB por encima de la media histórica en forma sostenida y sustantiva.
Este reto país de aumentar la productividad es esencial si se aspira a mejorar la calidad de vida de los y las costarricenses. Es al mismo tiempo un reto social, ante nuestro desafío demográfico, debido a la pérdida de nuestro bono poblacional, por lo que estamos frente a un reto mayúsculo de cara a preservar las conquistas sociales, tales como la seguridad social universal y la educación pública gratuita y de calidad.
Sin embargo, una vez más hemos dejado en el tintero este tema y se le ha bajado el nivel del discurso de la campaña, pasando a ser como en otros tiempos, el farolito rojo de la inversión pública costarricense.
La meta de aumentar al 1% del PIB el gasto en ciencia y tecnología, que ya de por sí es una meta mínima de cara a los requerimientos del crecimiento basado en productividad, vuelve a ser objeto de la demagogia política clásica. Flaco favor le hacemos al país economizando en los campos dónde se comprometen el futuro y el crecimiento y bienestar, apostando por el creciente gasto en burocracia pública, la solución al hueco y la alcantarilla, que parecieran ser entonces una forma clásica de atender lo urgente a riesgo de olvidar y desatender lo importante.
El crecimiento económico no se logra por decreto y tampoco debe ser dejado a la casualidad o la suerte. Los programas públicos en materia de política productiva y tecnológica son urgentes para complementar la inversión pública en otros campos como la educación superior o la infraestructura.
Aumentar el conocimiento científico y tecnológico de nuestras actividades productivas, es la única forma inteligente para mejorar nuestras defensas de frente al cambio climático y de cara a los desafíos de la eficiencia y la competitividad, en un mundo altamente competido globalmente.
Si el actual Gobierno es consistente con lo que dijo en campaña, deberá seguir adelante con su propuesta de aumentar al 1% del PIB la inversión en ciencia, tecnología e innovación e implementar, con la mayor urgencia una estrategia nacional de fomento a la producción y de fortalecimiento del sistema nacional de ciencia y tecnología, de lo contrario, hemos caído en el mito de siempre, la ciencia y la tecnología son más retórica que prioridad.
Leiner Vargas Alfaro
www.leinervargas.com
NOTAS ANTERIORES
![](https://www.larepublica.net/storage/images/authors/20201015161828.emilio-bruce.jpg)
Construyendo nuestra institucionalidad
Viernes 26 julio, 2024
Ninguna ley está escrita por el Altísimo en una tabla de granito
![](https://www.larepublica.net/storage/images/authors/20240607154708.untitled-design-2024-06-07t154637276.png)
Palabras de Óscar Álvarez Araya
Jueves 25 julio, 2024
Presentación del libro “Libertad y democracia, diálogos para el siglo XXI”.
![](https://www.larepublica.net/storage/images/authors/20201020202253.carlos-denton.jpg)
El proteccionismo causa estragos
Miércoles 24 julio, 2024
Faltan enfermeras graduadas no obstante que la carrera se ofrece en varias universidades
![](https://www.larepublica.net/storage/images/authors/20201018223712.miguel-angel-rodriguez.jpg)
La dignidad y la libertad se defienden con amor y solidaridad
Lunes 22 julio, 2024
No es suficiente predicar las bondades de la democracia liberal con su estado de derecho y con una cultura participativa