Cepas con tendencia

Muchos países del Nuevo Mundo han instalado una o dos variedades de uva como emblemáticas, la de Argentina sin dudas son el malbec y, como variedad blanca exótica, el torrontés.

Sin embargo, el potencial de otras y la posibilidad de combinarse es muy alto y así lo refleja últimamente el cabernet franc.

Mientras que el cabernet sauvignon le ha hecho sombra durante largo tiempo, en la región de Burdeos denominaciones de origen como Médoc, Saint Émilion y Pomerol, es el cabernet franc parte o la principal cepa de algunos de los más destacados châteaux.

Vinos de innegable elegancia y gran capacidad de guarda, elaborados por extraordinarias casas productoras siguen sorprendiendo al mundo.

En Argentina algunas bodegas tímidamente fueron incursionando en el cultivo y cosecha del cabernet franc.

Patagonia ha entregado excelentes etiquetas, claro que Mendoza y San Juan lideran en la cantidad de hectáreas plantadas, logrando en conjunto un nuevo reconocimiento por parte del mercado.

Es interesante la difusión del muy reciente Argentina Wine Awards, organizado Wines of Argentina, enmarcado en el Plan Estratégico Vitivinícola 2020 y coordinado por la Corporación Vitivinícola Argentina.

Una de las 20 categorías fue para esta cepa incipiente que llevó varios Trophies a partir de una cuidada degustación a cargo de 12 jueces internacionales.

La vid es una planta muy noble que necesita por lo menos cuatro años para reflejar algo de su potencial en función al “terroir” donde crece y desarrolla.

La dedicación por parte de los hacedores es clave para alcanzar la mejor expresión de un vino y el mercado necesita estar maduro para reconocer el esfuerzo que implica ofrecer algo distinto.

Quizás el cabernet franc pronto sea una linda sorpresa para todos.