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Aves, bombas y tiburones frustran parques eólicos marinos

Bloomberg | Viernes 21 febrero, 2014




Aves, bombas y tiburones frustran parques eólicos marinos

Aves, tiburones y bombas sin explotar de la II Guerra Mundial son los motivos que se alegan para detener la construcción de parques eólicos marinos, suscitando dudas sobre los costos de esa tecnología.
Tres empresas eléctricas ayer desecharon la ampliación del parque eólico marino más grande del mundo en el estuario del Támesis, al este de Londres. Eso coronó tres meses en los que las seis mayores empresas eléctricas del Reino Unido dieron marcha atrás con sus proyectos energéticos marinos.
Si bien EON SE habló de su preocupación por alterar los lugares de invernada del colimbo chico, la amenaza más general para la industria es su imposibilidad de reducir los costos lo suficientemente rápido en países que están cada vez más atentos al precio de la electricidad.
“Es el costo debido a las dificultades técnicas o las cuestiones ambientales” lo que está frustrando los proyectos, dijo Keith Anderson, máximo responsable ejecutivo de la división ScottishPower Renewables de Iberdrola SA.
El mercado británico es crucial para la industria porque es la mayor fuente de proyectos nuevos y representa más de la mitad de la capacidad mundial instalada.
El gobierno del primer ministro David Cameron ha ofrecido incentivos para los proyectos eólicos marinos hasta 2019 con la esperanza de crear empleo en el sector de la energía limpia.
Esas aspiraciones se están cuarteando poco a poco conforme los desarrolladores toman más conciencia de los costos de los proyectos.
Las empresas eléctricas cancelaron 5.760 megawatts de capacidad proyectada desde el 26 de noviembre, cuando RWE AG abandonó su Atlantic Array de 1.200 megawatts.
En este momento operan en todo el mundo máquinas que generan 6.930 megawatts, según Bloomberg New Energy Finance.
La empresa alemana EON junto con Dong Energy A/S y Masdar Abu Dhabi Future Energy Co. ayer abandonaron sus planes de aumentar los 630 megawatts instalados del London Array con una ampliación. EON dijo que no podía garantizar avances aun cuando cumpliera con el requisito de un estudio de impacto de tres años en el colimbo chico, ave que se alimenta de peces y puede nadar más de un minuto bajo el agua.
El gobierno británico fijó para la industria la meta de reducir el costo de la energía eólica marina a 100 libras ($167) el megawatt-hora para 2020.
El London Array habría sumado 240 megawatts de turbinas. Este mes, Forwind, consorcio que incluye a SSE Plc, y una empresa conjunta de la que forma parte Electricité de France SA redujeron la magnitud de sus proyectos. RWE AG canceló un plan y redujo otro en los últimos tres meses, mientras que ScottishPower en diciembre mencionó a los tiburones peregrinos entre las razones para desechar un proyecto.
Los viejos proyectiles también demoran el avance de la industria en Alemania y Gran Bretaña. Tennet TSO GmbH hace dos años detectó varias minas de la II Guerra Mundial cuando se disponía a tender cables para conectar su proyecto Riffgat a la red eléctrica.

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