Aresep y las planillas paralelas
| Miércoles 13 junio, 2012
Aresep y las planillas paralelas
Suena raro. Algo así como un gobierno paralelo. Por encimita: lo que conocemos, vemos y nos aguantamos todos los días. Bajo la superficie: una gestión paralela que por sus excesos trastoca fundamentos de la Administración Pública. ¿Transparencia? ¿Idoneidad? Qué va. ¡Opacidad! ¡Planillas paralelas para las funciones que corresponden a una institución que debe velar por los servicios públicos!
Esteban Arrieta, de LA REPUBLICA (Consultorías se disparan en Aresep) desmenuza otra belleza de la novísima “administración por asesorías” de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos. Dice Rodolfo González, Gerente de la institución que “los 236 funcionarios que laboran ahí, no reúnen las capacidades que se requieren, o bien la institución no cuenta con los recursos técnicos que se necesitan” y entonces el gasto que en 2007 fue de ¢99 millones, en 2011 se disparó —lo dispararon— a ¢766 millones: un incremento del 673,7%, porque Aresep no cuenta con el recurso humano adecuado.
El cuento paralelo —no para lelos como nos imagina Aresep— no termina en 2011. El presupuesto de 2012 de estas “planillas” recibió otro empujoncito de la Administración aresepista: ¢2.793 millones. O sea un brinco de ¢2.027 millones sobre 2011. Saque conclusiones y compare por qué usted y yo pagamos esas vainas en nuestras tarifas por servicios, desde el agua hasta la gasolina, pasando por el gas, los autobuses y otras que se me olvidan.
Servicios jurídicos, de comunicación e informática, por citar solo tres botones de muestra, forman parte de esta “administración paralela” de Aresep que engulle ¢70 millones. Hasta “paralelaron” un abogado constitucionalista, pese al equipo legal que sí es parte de la planilla “no-paralela” pero por lo visto “no capaz” de acuerdo con el Gerente. ¡Qué pena para estos funcionarios! Según el artículo: “el especialista debía referirse a la designación de un comité regulatorio, el cual asumió las tareas originalmente encomendadas al regulador”. Entonces ¿qué hace el regulador?
Otra tajada se la llevan los laboratorios a los que Aresep encomienda el control de calidad de los combustibles de Recope. El año pasado Aresep pagó por este rubro ¢571 millones por fiscalización de la Refinadora y las estaciones de servicio. Pues bien, este año el presupuesto es de ¢1.300 millones. “Aunque no se gastará todo ese dinero” dice el Gerente. Yo no apostaría un cinco por eso.
El crecimiento burocrático de Aresep ha ido de ¢2.146 millones, en 2007, a ¢7.556 en lo que va de 2012. O nos agarran de chanchos o las asesorías a veces necesarias, sin duda se están convirtiendo en sutil privatización de un Estado caduco y desvencijado, martirizado por la incompetencia administrativa, la voracidad gremial, la codicia política y la inconsciencia de muchos de nosotros que aguantamos y aguantamos…
Sería interesante saber quiénes forman esa “planilla paralela”. No dudo de la idoneidad de algunos, pero conociendo el pasado reciente de la Aresep, intuyo con malicia cartaga que nos llevaríamos algunas sorpresas.
Bernardo Gómez
bergomezm@gmail.com
Suena raro. Algo así como un gobierno paralelo. Por encimita: lo que conocemos, vemos y nos aguantamos todos los días. Bajo la superficie: una gestión paralela que por sus excesos trastoca fundamentos de la Administración Pública. ¿Transparencia? ¿Idoneidad? Qué va. ¡Opacidad! ¡Planillas paralelas para las funciones que corresponden a una institución que debe velar por los servicios públicos!
Esteban Arrieta, de LA REPUBLICA (Consultorías se disparan en Aresep) desmenuza otra belleza de la novísima “administración por asesorías” de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos. Dice Rodolfo González, Gerente de la institución que “los 236 funcionarios que laboran ahí, no reúnen las capacidades que se requieren, o bien la institución no cuenta con los recursos técnicos que se necesitan” y entonces el gasto que en 2007 fue de ¢99 millones, en 2011 se disparó —lo dispararon— a ¢766 millones: un incremento del 673,7%, porque Aresep no cuenta con el recurso humano adecuado.
El cuento paralelo —no para lelos como nos imagina Aresep— no termina en 2011. El presupuesto de 2012 de estas “planillas” recibió otro empujoncito de la Administración aresepista: ¢2.793 millones. O sea un brinco de ¢2.027 millones sobre 2011. Saque conclusiones y compare por qué usted y yo pagamos esas vainas en nuestras tarifas por servicios, desde el agua hasta la gasolina, pasando por el gas, los autobuses y otras que se me olvidan.
Servicios jurídicos, de comunicación e informática, por citar solo tres botones de muestra, forman parte de esta “administración paralela” de Aresep que engulle ¢70 millones. Hasta “paralelaron” un abogado constitucionalista, pese al equipo legal que sí es parte de la planilla “no-paralela” pero por lo visto “no capaz” de acuerdo con el Gerente. ¡Qué pena para estos funcionarios! Según el artículo: “el especialista debía referirse a la designación de un comité regulatorio, el cual asumió las tareas originalmente encomendadas al regulador”. Entonces ¿qué hace el regulador?
Otra tajada se la llevan los laboratorios a los que Aresep encomienda el control de calidad de los combustibles de Recope. El año pasado Aresep pagó por este rubro ¢571 millones por fiscalización de la Refinadora y las estaciones de servicio. Pues bien, este año el presupuesto es de ¢1.300 millones. “Aunque no se gastará todo ese dinero” dice el Gerente. Yo no apostaría un cinco por eso.
El crecimiento burocrático de Aresep ha ido de ¢2.146 millones, en 2007, a ¢7.556 en lo que va de 2012. O nos agarran de chanchos o las asesorías a veces necesarias, sin duda se están convirtiendo en sutil privatización de un Estado caduco y desvencijado, martirizado por la incompetencia administrativa, la voracidad gremial, la codicia política y la inconsciencia de muchos de nosotros que aguantamos y aguantamos…
Sería interesante saber quiénes forman esa “planilla paralela”. No dudo de la idoneidad de algunos, pero conociendo el pasado reciente de la Aresep, intuyo con malicia cartaga que nos llevaríamos algunas sorpresas.
Bernardo Gómez
bergomezm@gmail.com