Aprendizajes de Abbey Road
Rodrigo Jiménez rodrigo.jimenez@americantower.com | Viernes 29 mayo, 2020
La crisis del COVID19 presenta retos que requieren de una respuesta ambiciosa a la demanda de la sociedad de más y mejor conectividad.
Sin vecinos ni turistas andando por las calles, Londres ha elegido este momento para pintar de nuevo el famoso paso de cebra de Abbey Road, inmortalizado en 1969 en la portada del disco de los Beatles del mismo nombre. Este simple cruce se ha convertido en uno de los destinos turísticos más representativos de la capital británica, que miles de viajeros visitan cada día para recrear en sus fotografías la famosa escena.
Esta anécdota refleja claves sociales y económicas de una crisis que plantea desafíos para las ciudades que aspiran a liderar el crecimiento en América Latina.
Algunas infraestructuras críticas para una ciudad muchas veces pasan desapercibidas. Éstas son clave, más que nunca en tiempos de crisis, para el funcionamiento, incluso en condiciones adversas, de la economía de nuestros países. La capacidad de responder a una emergencia sanitaria, conectar con nuestros familiares o teletrabajar, depende de una compleja red de telecomunicaciones que se ha convertido en indispensable para ciudadanos, empresas y gobiernos. Repintar una senda peatonal puede parecer una acción sencilla sin importancia, pero tiene un enorme impacto económico para un barrio o una ciudad. De la misma forma que una intervención urbana para instalar un sitio de telecomunicaciones aporta beneficios indispensables para esa comunidad. Un mejor acceso a Internet para miles de usuarios supone clases universitarias, videoconferencias médicas o acceso a otros servicios digitales.
Hay que pensar en múltiples niveles para responder a la crisis, fortaleciendo el desarrollo de la economía y creando oportunidades: país, ciudad, pueblo y barrio son unidades territoriales que requieren de distintos modos de acción e intervención para mejorar la vida de los ciudadanos, la competitividad de las empresas y la eficacia del gobierno. Los retos requieren de una agenda integrada que facilite actuaciones rápidas y coherentes para el desarrollo de infraestructuras críticas. Desde el nivel nacional al local, la normativa, acciones y desarrollos deben responder de forma coherente a sus necesidades. De poco servirá arreglar los principales destinos turísticos de una ciudad si no se puede acceder a ellos con transporte público o se dan a conocer a los turistas. De la misma manera, la regulación en telecomunicaciones tiene distintos niveles que deben ser coordinados para su eficacia y promoción del desarrollo.
La crisis del COVID19 ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con redes robustas de telecomunicaciones que conecten a los ciudadanos con sus familias, empresas y gobiernos. Debemos afrontar este desafío e invertir en las oportunidades que nos brinda, maximizando el potencial de nuestras comunidades ¿Cuándo mejor para pintar un paso de cebra que sin tráfico ni transeúntes? ¿Qué mejor momento para mejorar la conectividad de una ciudad que este, en el que personas y empresas están haciendo un mayor uso de los servicios de telecomunicaciones y son más necesarios?
La infraestructura de telecomunicaciones es indispensable para el funcionamiento de nuestros países, como lo son la electricidad o el agua corriente. Hoy más que nunca se ha hecho evidente que esta infraestructura es crítica no solo para el para el crecimiento futuro si no para el presente. Sin conectividad no puede haber un desarrollo sostenido e inclusivo, ni la resiliencia necesaria para dar respuesta a los desafíos del COVID19.
Así como en el contexto de la pandemia varios gobiernos han declarado a las telecomunicaciones e Internet como un servicio esencial y las compañías proveedoras han tomado medidas para garantizar su funcionamiento y prestación, también es importante facilitar los procesos de instalación o expeditar los permisos para responder con más rapidez a la creciente demanda de la sociedad por una mejor conectividad. Esto ayudará a dar una mejor respuesta a la crisis actual, prepararnos para la recuperación económica y crear ciudades y países más resilientes. Los gobiernos nacionales y locales, junto con el sector privado, deben ser ambiciosos para responder a esta crisis, apostar por el futuro y salir reforzados para sentar las bases de la recuperación.
La oportunidad es hoy y ahora. Mañana, volverán los coches y los turistas a los ‘Abbey Roads’ de nuestras ciudades.