Adaptarse para sobrevivir
| Jueves 31 julio, 2008
Adaptarse para sobrevivir
• Primera película austriaca en ganar el Oscar, relata una intrigante historia verídica
“Los falsificadores”
(Die Falscher)
Dirección: Stefan Ruzowitzky. Reparto: Karl Markovics, August Diehl, Devid Striesow, Martin Brambach. Duración: 1.38. Origen: Austria-Alemania 2007.
Calificación: 8.
La inmensa tragedia del Holocausto continúa proporcionando material dramático de gran impacto, donde se cuestiona la naturaleza contradictoria del ser humano. Es un tema aparentemente inagotable: así lo confirma “Los falsificadores”, sólida producción austriaca que relata una intrigante historia verídica. En la más reciente entrega de los premios Oscar sorprendió a propios y ajenos, alzándose con la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa. Aunque no aporta nada particularmente novedoso, es una obra enriquecedora, explorando el choque entre idealismo e instinto de supervivencia.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el ruso judío Salomon Sorowitsch se encuentra en la playa de Monte Carlo, derrochando dinero en un casino. Su mente viaja atrás en el tiempo, recordando los pormenores de su trayectoria.
En la Berlín de 1936, Sorowitsch es un artista brillante, especializado en la elaboración ilegal de documentos. Arrestado por la policía, termina en un campo de concentración, donde obtiene beneficios gracias a su talento como pintor. Años más tarde, es trasladado a otro centro de detención. Aquí, participa en la “Operación Bernhard”, mediante la cual los nazis pretenden desestabilizar la economía de los aliados, inundando sus mercados con billetes falsos.
Dirigida con firmeza por Stefan Ruzowitsky, la cinta provoca reacciones emotivas, sin caer en el patetismo. Captura la atención aunque renuncia al suspenso, desarrollando el cuento en retrospectiva e informando de antemano al público que el protagonista se salvará. Ello ratifica la relevancia de un argumento lleno de implicaciones morales y en grado de formular interrogantes espinosos.
Los dilemas surgen a raíz del comportamiento de un hombre, atrapado en una situación extrema, quien se adapta a las circunstancias para sobrevivir. Se percibe cierta ambigüedad en la forma de retratar a Sorowitsch, lo cual refleja indecisión al momento de condenar o justificar sus acciones. Lo que menos convence es el epílogo, donde se observa a Sorowitsch realizando un acto de penitencia que posiblemente no sucedió en la realidad.
Karl Markovics entrega una interpretación compleja y rebosante de matices psicológicos. Su excelente desempeño redime la película en sus momentos débiles, neutralizando la presencia de algunas figuras estereotipadas.
Aunque no se compara con obras maestras como “La lista de Schindler” (1993) o “El pianista” (2002), “Los falsificadores” constituye un válido pretexto para reflexionar acerca de una de las páginas más oscuras del siglo XX.
• Primera película austriaca en ganar el Oscar, relata una intrigante historia verídica
“Los falsificadores”
(Die Falscher)
Dirección: Stefan Ruzowitzky. Reparto: Karl Markovics, August Diehl, Devid Striesow, Martin Brambach. Duración: 1.38. Origen: Austria-Alemania 2007.
Calificación: 8.
La inmensa tragedia del Holocausto continúa proporcionando material dramático de gran impacto, donde se cuestiona la naturaleza contradictoria del ser humano. Es un tema aparentemente inagotable: así lo confirma “Los falsificadores”, sólida producción austriaca que relata una intrigante historia verídica. En la más reciente entrega de los premios Oscar sorprendió a propios y ajenos, alzándose con la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa. Aunque no aporta nada particularmente novedoso, es una obra enriquecedora, explorando el choque entre idealismo e instinto de supervivencia.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el ruso judío Salomon Sorowitsch se encuentra en la playa de Monte Carlo, derrochando dinero en un casino. Su mente viaja atrás en el tiempo, recordando los pormenores de su trayectoria.
En la Berlín de 1936, Sorowitsch es un artista brillante, especializado en la elaboración ilegal de documentos. Arrestado por la policía, termina en un campo de concentración, donde obtiene beneficios gracias a su talento como pintor. Años más tarde, es trasladado a otro centro de detención. Aquí, participa en la “Operación Bernhard”, mediante la cual los nazis pretenden desestabilizar la economía de los aliados, inundando sus mercados con billetes falsos.
Dirigida con firmeza por Stefan Ruzowitsky, la cinta provoca reacciones emotivas, sin caer en el patetismo. Captura la atención aunque renuncia al suspenso, desarrollando el cuento en retrospectiva e informando de antemano al público que el protagonista se salvará. Ello ratifica la relevancia de un argumento lleno de implicaciones morales y en grado de formular interrogantes espinosos.
Los dilemas surgen a raíz del comportamiento de un hombre, atrapado en una situación extrema, quien se adapta a las circunstancias para sobrevivir. Se percibe cierta ambigüedad en la forma de retratar a Sorowitsch, lo cual refleja indecisión al momento de condenar o justificar sus acciones. Lo que menos convence es el epílogo, donde se observa a Sorowitsch realizando un acto de penitencia que posiblemente no sucedió en la realidad.
Karl Markovics entrega una interpretación compleja y rebosante de matices psicológicos. Su excelente desempeño redime la película en sus momentos débiles, neutralizando la presencia de algunas figuras estereotipadas.
Aunque no se compara con obras maestras como “La lista de Schindler” (1993) o “El pianista” (2002), “Los falsificadores” constituye un válido pretexto para reflexionar acerca de una de las páginas más oscuras del siglo XX.