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¡A patadas en el dial!

Iris Zamora iriszamora4@gmail.com | Lunes 23 mayo, 2016


 Ciertamente McDonald no tuvo la inteligencia emocional de Buda, Gandhi, Mandela ni la Madre Teresa

¡A patadas en el dial!

¡Me encantan los programas deportivos en la radio! Tengo mis preferidos, cuestiono la parcialidad de algunos, pero la verdad es que, ¡cada quien ejerce como le dé la gana!
¡Cómo cambian los escenarios en pocas horas!... Mucho antes del lanzamiento del zapato de Jonathan McDonald, algunos periodistas deportivos ya habían puesto énfasis en la “agresividad” del jugador. Cuestionaban a los árbitros que no lo expulsaban. Exigían tarjetas rojas. En TV repetían sus faltas hasta el infinito; buscaban la reacción de fanáticos de otros clubes, de extécnicos y exárbitros… era evidente la estrategia.
Ciertamente McDonald no tuvo la inteligencia emocional de Buda, Gandhi, Mandela ni la Madre Teresa. Reaccionaba a los golpes, no ponía la otra mejilla, como lo hacen otros jugadores de la Primera División, Guzmán, Calvo, Brown, Azofeifa. Debió aprender de esos santos varones, que cada jornada nos muestran sus dones casi místicos, sobre cómo sobrellevar golpes, patadas, agarronazos, jaladas de trenzas, codazos, barridas a la bola... del tobillo… Muy mal Mc, muy mal… deberá vivir exiliado en el Tíbet por los próximos 35 años: Hasta que aprenda a dar gracias sonriendo, por los codazos, en el rostro o al pecho, igual como lo hacen muchos iluminados, no solo en el fútbol.
Cuando el rumor de la declaratoria de transferible se filtró, hubo un pequeño viraje en el lenguaje… Después de escuchar por meses, lo “agrandado” que es, lo “prepotente y arrogante”, o que perdió la “ilusión por jugar” que “la Junta Directiva de la Liga está obligada a sacarlo, por el bien del equipo “…Que Delgado no lo puede ‘alcahuetear más’”; que la Liga “no lo necesita”… (Hay que comprender, los “analistas” que así hablan, quieren mucho a LDA, esas “recomendaciones” son producto del profundo y sincero afecto por la divisa roji-negra)
A partir de ese momento, un rayo de infinita sabiduría iluminó a sus críticos y detractores. De pronto fue el “mejor delantero de la LDA”, que “cualquier club de primera división quisiera tenerlo en su nómina”… Es un “jugador esforzado”, “concentrado en la línea de ataque”, “contribuye a acarrear balones”, que las estadísticas lo ponen como “el mejor anotador y el mejor pivote de la LDA”…
Una vez que en conferencia de prensa anunciaron su salida del club, el giro del lenguaje fue más conmovedor…. Sugirieron que iba al Saprissa (cuando escribo este comentario no sé, si lo contrataron o son “bolas”). El verbo se transmutó dramáticamente, entonces recordaron que era “un goleador nato” “un extraordinario nueve”, que era un “jugador fuerte”, que “gastaba” a los defensas, que “los distraía”, que no daba “bolas por perdidas”…
¿Para qué psicólogo?... ¡Mc lo que necesita es jugar en Saprissa!... Al vestir de morado deja de ser pedante, arrogante, agrandado, “faulero”, agresivo…¡¡Hasta puede ser llamado a la Sele!!
¿Y la Junta Directiva de LDA?... ¡Escucha a la Sapri-prensa!... Como les dijo hace algunos años, mi entrañable Marco Aurelio Castro, (q.e.p.d) cuando les arrebataron a Robinson: “… en la Liga, son demasiado pollitos”

Iris Zamora


 

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