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“Tendremos que salir de nuestra zona de confort

Luis Fernando Cascante lcascante@larepublica.net | Martes 17 diciembre, 2013


Johnny Araya reconoció que las encuestas lo han obligado a modificar estrategias en comunicación. Gerson Vargas/La República


Johnny Araya, candidato del PLN

“Tendremos que salir de nuestra zona de confort”

Califica a Villalta como una “amenaza para la sociedad”

Johnny Araya no es el mismo desde que dejó la alcaldía. Tampoco es el mismo de hace tres semanas.
Los resultados de las últimas encuestas lo obligan a ser casi omnipresente, desplazarse hacia todos los rincones del país y olvidar que tiene vida personal.
No tiene tiempo para otra cosa que no sea su campaña presidencial.
Con la precisión de un reloj suizo, llega puntual a la hora de la entrevista. Se acompaña de su séquito de campaña y un grupo que documenta en video cada movimiento que hace.
Al exalcalde de San José no se le nota igual que siempre, y no es para menos: la amenaza latente de una segunda ronda podría dejarlo sin el santo ni la limosna, escenario que nadie vio venir meses atrás, cuando, desde su cómodo puesto en la Municipalidad de San José, dejaba que los Juegos Centroamericanos y las reuniones con Xi Jinping y Enrique Peña Nieto le hicieran publicidad gratis.
De su adversario principal, José María Villalta, no es necesario preguntarle. Araya aprovecha cualquier momento para advertir de los “peligros” de un gobierno liderado por el actual diputado del Frente Amplio.

Avanza la campaña y los otros se acercan, ¿le ha afectado alejarse de la plataforma de la municipalidad?
No. Conforme avanza la campaña se van polarizando las fuerzas, las diferencias se estrechan y los otros partidos intensifican su trabajo. Es un fenómeno natural, pero tenemos claro que las circunstancias nos obligan a realizar un esfuerzo mayúsculo para ganar en primera ronda.

¿Qué implica esto?
Estamos enfocados en plantear al país la encrucijada que va a tener el 2 de febrero: las dos opciones más cercanas a nosotros representan extremos ideológicos. Una, planteando un estatismo obsoleto que ha provocado la ruina en actividades productivas de países como Venezuela, otra con una tesis del capitalismo salvaje que representa una idea de desmantelar el Estado solidario que tiene Costa Rica para resolver el problema fiscal.

Usted habla mucho de Villalta y Guevara, pero poco de los otros. ¿Evita visibilizar a Piza y Solís?
Bueno... hablo de ellos dos porque son los más inmediatos perseguidores y porque el país tiene esa disyuntiva de considerar a los que están más cercanos.

¿Están ustedes buscando ubicarse en un centro ideológico y colocando a sus inmediatos seguidores en los extremos?
No tenemos que hacer un esfuerzo especial para colocarnos en un lugar en el que naturalmente estamos. Liberación Nacional ha sido un partido moderado y socialdemócrata, he hecho un esfuerzo para que recupere su vocación social.

¿Cómo separarlo a usted de los últimos dos gobiernos del PLN?
Nunca he sido parte de ningún gobierno. La diferencia la marca mi gestión en la Municipalidad de San José.

¿Le ha afectado a usted la gestión impopular de Laura Chinchilla?
La percepción que hay sobre el Gobierno tiene un efecto sobre la campaña, de eso no hay duda. Es muy difícil que la gente no nos siga asociando con el Gobierno, es un factor de peso pero no es determinante.
 

¿Cómo volcar esa tendencia de caída que señalan las encuestas conforme se acercan las elecciones?
Hemos hecho un balance sobre el tema de comunicación, habrá algunos ajustes debido a las encuestas, aun cuando hay otras que mantienen una diferencia grande a nuestro favor, pero esta situación nos obliga a salir de una zona de confort donde estuvimos.

Volvamos con Villalta, ¿es tan peligroso como ustedes dicen?
No hay duda de que plantea algo muy cercano a lo que se está haciendo en Venezuela. Habla de nacionalización, habla de expropiaciones, habla de estatismo. Él representa una amenaza para la sociedad costarricense, hemos visto opiniones muy fuertes de él a favor al régimen de Chávez, no puede ocultar que representa esa corriente de pensamiento.

También hay gobiernos de esa corriente de pensamiento que usted ha elogiado, como el de Mujica...
En algún momento hablé del caso de Uruguay porque creo que hay gobiernos de izquierda responsables en América Latina, pero yo no creo en el populismo de Villalta, representa una amenaza para el sector productivo.

¿Por qué Villalta es populista y las caravanas de salud no lo son?
Las caravanas de la salud han seguido y ojalá que los partidos, en lugar de invertir en publicidad que se termina botando en los basureros, inviertan en servicio social. Se retiraron todos los logos de la campaña y Sandra ha seguido en ese esfuerzo y ha hecho diez caravanas de manera silenciosa, demostrando que no es populismo.

Esta ha sido una campaña de miedos, ¿debemos temerle más a la izquierda comunista, a la derecha extrema privatizadora o a la continuidad de un mismo partido en el poder por 12 años?
Nosotros no queremos meter miedo, queremos que haya una interpretación correcta de cuáles son las visiones de país que se están planteando. Tanto el Frente Amplio como el Movimiento Libertario son una amenaza para la estabilidad democrática del país. Nuestra propuesta es una renovación del Partido Liberación Nacional, que viene a rectificar.

¿Y qué tal la propuesta de Solís y Piza?
Posiblemente con ellos tengo menos discrepancias, no he entrado a valorarlos porque ellos están prácticamente fuera de la disyuntiva electoral.

¿Tiene su partido la autoridad moral para plantear una reforma fiscal, tomando en cuenta el elevado gasto público?
La crisis fiscal no es un problema del Gobierno, sino de la sociedad costarricense y tenemos que enfrentarlo.

¿No es un problema del Gobierno?
Lo correcto más bien es decir que es un problema que va más allá del Gobierno. La crisis fiscal afecta la competitividad, programas sociales y la calidad de los servicios. Es una solución que debemos buscar entre todos.

¿Reconoce que los últimos dos gobiernos liberacionistas tienen responsabilidad por esto?
Aquí hay un acumulado histórico: los últimos dos gobiernos han intentado pasar reformas fiscales, tenemos problemas estructurales en el gasto público y es hora de cambiar esto.

¿Siente que le ha faltado el apoyo de figuras del liberacionismo como Figueres y Arias?
Figueres no está en el país, pero hizo público su apoyo. La inmensa mayoría del arismo está conmigo, quisiera aprovechar estos últimos días para tener un encuentro con los expresidentes, tanto con José María, Luis Alberto y don Óscar, de manera formal.

¿Y los diputados opositores que le dieron su adhesión los veremos en su equipo de Gobierno?
No está decidido, pero tampoco fue una condición para que su adhesión.

¿Pero tampoco está descartado?
Tampoco está descartado.

¿Cómo describiría un eventual primer año de Gobierno suyo?
Tendría un gran proceso de concertación en distintas áreas, en temas como la Caja, educación y reactivación de obras de infraestructura, para buscar un gran acuerdo nacional en temas que no sean muy polémicos. Se reactivaría la obra pública para generar nuevos empleos.

¿Y un primer año del Frente Amplio?
Sería un Gobierno que generaría grandes incertidumbres, con una reducción en la inversión extranjera. Veo un Gobierno que empezaría con grandes conflictos sociales y con intereses muy distintos. No sería un buen espacio para la concertación nacional.

Luis Fernando Cascante
lcascante@larepublica.net
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