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EDITORIAL


Salud mental, hay que cuidarla

| Jueves 09 agosto, 2012





La vida moderna aplica una serie de presiones sobre el tejido social que podrían ser factores que afecten negativamente la salud mental de muchos

Salud mental, hay que cuidarla

Los daños a la salud mental en una sociedad hacen crisis en sucesos trágicos y también afectan, menos visiblemente, la productividad y el progreso.
Dos adolescentes armados, en 1999, ingresan en la Escuela Secundaria Columbine en Littleton, Denver, Estados Unidos, y matan a tiros a 13 estudiantes y al personal antes de suicidarse.
En Erfurt, al este de Alemania, en 2002, un joven de 19 años abre fuego tras decir que no haría un examen de matemática. Mata a 12 profesores, una secretaria, dos estudiantes y un policía antes de suicidarse.
En 2007 en la Universidad Tecnológica de Virginia un hombre armado mata a 32 personas y luego se suicida.
Otro hombre en 2010 abre fuego sobre personas de pueblos del condado rural de Cumbria, asesinando a 12 e hiriendo a 11 antes de acabar con su propia vida.
Una persona en 2011 disparó en un centro comercial al sur de Amsterdam, Holanda, y provocó la muerte de seis personas antes de suicidarse.
Un estudiante de la Universidad de Colorado este año entró a un cine, mató a 12 personas e hirió a otras 58. En su apartamento encontraron explosivos y armas que había comprado legalmente en los cuatro meses anteriores a la masacre.
Son solo algunos ejemplos de lo que ocurre en el mundo moderno. Las causas para provocar asesinatos masivos o muertes individuales pueden ser muy diversas, pero hay un denominador común en el fenómeno: falta de salud mental.
Si la gente se siente impelida a resolver las cosas de ese modo, la sociedad está enferma. Y ese es un problema de salud pública que debe estudiarse y sobre todo prevenirse.
La vida moderna se caracteriza por un nuevo estilo de vida, desintegración familiar, un marcado consumismo que genera frustración cuando no se satisface, y en general aplica una serie de presiones bastante fuertes sobre el tejido social que pueden estar afectando negativamente la salud mental de muchos.
En esto, como en todo, el trabajo preventivo es la clave, y nuestro país cuenta con las instituciones y el personal capacitado (psicólogos, psiquiatras, trabajadoras sociales…) para realizar esa labor, donde deben jugar un papel de gran importancia los gobiernos locales.
Estos, por la cercanía y el contacto con los vecinos de un lugar, pueden detectar con mayor facilidad los problemas que eventualmente sufran los habitantes para atenderlos a tiempo derivándolos a otras instituciones si fuera el caso, además de mantener programas preventivos permanentes.






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