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Las Olimpiadas a lo Tico

Humberto Pacheco humberto.pacheco@pachecocoto.com | Martes 28 agosto, 2012



TROTANDO MUNDOS
Las Olimpiadas a lo Tico

Durante varias semanas la prensa y sus anunciantes endiosaron a nuestros modestos deportistas en columnas, programas y anuncios pagados, dejando de lado las fallas de las autoridades respectivas en su desarrollo y entrenamiento. Tenemos fresco en la memoria la imagen de Nery participando en eventos internacionales sin su entrenador porque “no había plata para que lo acompañara”.
Los expertos de prensa se concentraron en persuadir a público y atletas de que esos muchachos y muchachas serían nuestra gloria en Londres, cual cuento de hadas, de la nada. Hoy, cuando los resultados reflejan la triste realidad, la misma prensa los critica por no ganar preseas ni mejorar su tiempo (objetivo pobre) en dicha competición. Eso, de un lado de la moneda, pues del otro vienen los cantos de sirena de los pobrecitos y de los que están “muy orgullosos de su participación”.
No es que los atletas ticos no tengan corazón de ganadores; es que sin la debida experiencia, el entrenamiento de muchos años y una enorme dosis de sacrificio, esa altamente sofisticada actividad que es la competición deportiva mundial tiene forzosamente que arrollarnos.
No puede ser que quienes se dicen expertos no vean la realidad que se presenta bajo sus narices. En la historia de las Olimpiadas los países que han cosechado más triunfos- excepto por los Estados Unidos de América- han sido generalmente dictaduras de izquierda o de derecha preocupadas de adobar su imagen con la gloria de sus deportistas. Para ello han creado escuelas de deporte que escogen y financian a los mejores en cada rama y los llevan de la mano hasta la gloria.
La actual Olimpiada no es excepción. La dictadura china se ha hecho presente, ganando la segunda mayor cantidad de medallas, por esas mismas razones históricas.
Mientras tanto, en el país que es casi el más feliz del mundo hay quienes se imaginan que porque los nuestros muestran condiciones para desarrollarse existosamente, eso basta para ir a estas competencias a la buena de Dios- con un poquito de brillo- y brindarnos satisfacciones. Equivale a echar nuestras ovejas en el corral con los lobos. Sí en algunas épocas nos ha sonado una que otra flauta, no ha sido otra cosa que la excepción que confirma la regla.
La verdad es que en esta Olimpiada de Londres los únicos que ganaron fueron los dirigentes: aviones y hoteles de primera, vehículos especiales para transportarlos, gastos pagados, recepciones, y cuanta atención imaginable. Si bien hay que reconocer que los del Comité Olímpico actual han tratado de hacer las cosas mejor que los que se habían adueñado del mismo por años, lo cierto es que creer que unas golondrinas prematuras hacen verano es una quimera. Los pobres deportistas que llevaron cuero tendrán que soportar sus cruces mientras se preguntan porqué se les reventó el globito. A fe que en esas condiciones talvez sería mejor no participar.
Lo que si es totalmente falso es que en el deporte lo más importante sea participar y no ganar; al que queda de segundo nadie lo recuerda!

Lic. Humberto Pacheco A., M.C.L.
vikocr@racsa.co.cr

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