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La voz de quienes no la tienen

Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Jueves 11 octubre, 2012




La voz de quienes no la tienen
Condecorado con la medalla a la Libertad de Expresión por su labor como editor de La Machaca


La Machaca le tira duro a todo el mundo, pero no tiene enemigos conocidos, ¿a qué se debe?
Puede haber dos razones: la primera, que La Machaca no ataca personas en su plano personal, y la segunda, puede ser que estas sepan disimular muy bien.

¿Cuánto disfruta machacar a los políticos de turno y que de feria le paguen por ello?

Disfruto mucho, me gusta. Siento satisfacción de poder decirles cosas que no me gustan mucho.

¿La Machaca punza a sus amigos, sin importar el cargo que ejerzan?

Punza a todos por parejo, porque si no, sería una Machaca poco honesta. La función de la página es criticar las cosas que están mal hechas por quien sea. La amistad no da inmunidad.

¿De qué depende la moderación de la crítica hacia un funcionario, político o una situación?

Depende de la gravedad del asunto criticado o de la importancia. Hay cosas gordas y otras que ni tanto.

Muchos se sienten identificados con lo que opina, ¿La Machaca es el reflejo de lo que cree el pueblo?

Un lector me mandó una vez una síntesis de lo que para él es esta página: “La Machaca es la voz de quienes no tienen voz”.

¿Tiene color político La Machaca?

No tiene. En ocasiones me tildan de liberacionista, otras veces de la Unidad y en ocasiones que soy partidario de Ottón Solís, que me juzguen, no importa el color político que me atribuyan, eso es bueno, porque demuestra que soy imparcial.

¿Si pudiera reencarnar, encarnaría en una machaca o en otro insecto?

En cualquier insecto, pero con la misma función de denunciar y tal vez, si pudiera con más veneno.

¿Por qué La Machaca se merece el premio a la Libertad de Expresión que ayer le concedieron?

Se debe a que ha sido una página de crítica que ha sobrevivido por 33 años, sin fallar ni un solo día, salvo por salud, lo que creo que es un récord nacional, porque nada sobrevive tanto tiempo intacto.

¿Cuán importante es llevar la vida con alegría? ¿Es su secreto para mantenerse vivaz a sus 78 años?

Trabajar en lo que a uno le gusta, con gente que a uno le gusta y en el medio que a uno le gusta, eso da la alegría y lo hace olvidarse de las penas cotidianas. En esta vida hay que reír.

¿Qué lo alienta a seguir trabajando a sus casi 80 años?

La gente, mi trabajo diario, mis compañeros de trabajo.

Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net







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