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Habemus Caesar V

Humberto Pacheco humberto.pacheco@pachecocoto.com | Martes 20 mayo, 2014


Estamos totalmente en contra del Estado empresario


Trotando Mundos

Habemus Caesar V

Trabajar con dinero ajeno que no es de nadie porque, en teoría olímpica “pertenece a todos”, hace que la corrupción prospere y con ésta sus gestores. El ser empleado de nadie, que es lo que ocurre en las compañías del estado cuyo presupuesto ni siquiera se somete a la aprobación del Congreso, es una chamba del menor quehacer. Queditico se pasa desapercibido y lo demás no importa.
Por eso, no por neoliberalismo- como alegan los que están aferrados a las ubres gubernamentales- es que estamos totalmente en contra del Estado empresario. La Unión Soviética no se hundió porque los norteamericanos le dejaran caer una bomba atómica. La arruinaron las empresas del Estado, en las que un “selecto” segmento de la población soviética se hizo riquísimo bajo un régimen supuestamente “del pueblo”. Que cinismo.
Lo mismo viene sucediendo en Costa Rica en que, sin ser comunistas, nos hemos aferrado a un sistema muy parecido que cumplió su vida útil a finales de los años sesenta, pero se volvió un confite tan delicioso que los que lo amarraron no han querido soltarlo.
Los sindicatos se unieron a la piñata con sus grotescas convenciones colectivas y hoy día no hay alza de impuestos- que nos contradigan los expertos de Hacienda- que alcance para pagar la creciente obligación de las gollerías de los contratos colectivos de trabajo. Ni Suiza ni Noruega, países pequeños pero muy ricos, podrían, porque no alcanza la morcilla.
Este país necesita urgentemente resolver problemas que están parqueados en camillas en los corredores de los hospitales del Seguro hace tiempo:
A) someter el presupuesto de las instituciones autónomas a aprobación del Congreso, para que sea uno solo elaborado y controlado por Hacienda;
B) contener los privilegios discriminatorios de los contratos colectivos pues no se pueden pagar. Un pago igual por trabajo igual para todos los empleados públicos, y los mismos aumentos que para toda la planilla nacional;
C) cambiar la dirección en la recaudación, para que a quien paga puntualmente no se le trate como un ladrón y se le persiga para sacarle más, mientras que un 40% o más de la economía se desenvuelve en la zona gris;
D) reformar el sistema educativo porque el país NO PUEDE destinar el 8% de su presupuesto a educación. Lo que sí puede es hacer buen uso del 6%, que es una suma desorbitante;
E) usar racionalmente los abundantes recursos que se recaudan de los costarricenses para las necesidades diarias, excluyendo la infraestructura;
F) impulsar  la construcción y mejora de la infraestructura usando el dinero ajeno. Un buen sistema de concesiones públicas en donde no se cuele el chorizo es la solución perfecta;
G) reformar y modernizar el sistema de seguridad social para que se le brinde a los usuarios los carísimos servicios que paga, como se merece. Por aparte hemos reiterado la conveniencia de delegar los servicios al sector privado para que el gobierno no tenga que invertir ni en infraestructura, ni medicamentos, ni planillas, todas fuentes de chorizo. Con un pequeño núcleo de empleos recauda y los usuarios reciben servicios de la mejor calidad;
H) continuar mejorando la seguridad ciudadana y nacional para que los niveles de criminalidad bajen aún más y para que los payasos de circo de algunos países vecinos no puedan ni siquiera pensar en afrentar la soberanía nacional como lo hizo Ortega.}

Humberto Pacheco A.
vikocr@racsa.co.cr

 

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