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Camino de Santiago

Macarena Barahona lmacarena62@hotmail.com | Sábado 28 julio, 2012



Cantera
Camino de Santiago

(Etapa I)

La últimas semanas he vivido un sueño. Mi hijo, que en días pasados terminó su Bachillerato Internacional, y yo que tomé unos días de vacaciones.
Habíamos decidido, ante la diversidad de Caminos para llegar a la Catedral del Apóstol Santiago, y por consejo de una querida amiga, elegir el Camino de Vía de la Plata.
Los más celebres son el Francés, el del Norte, el Primitivo, el Inglés y el Portugués, con variantes y opciones, todos deben ser hermosos, unos con mayores ofertas para los peregrinos, unos más concurridos, por sus facilidades tanto geográficas como de albergues.
Unos son elegidos para andarlos en grupos ya organizados, donde la seguridad de la travesía colectiva es una gran experiencia, otros por su soledad y vistas panorámicas, sus lugares históricos y sitios de inigualable emoción mística. Decidir es cuestión de varios elementos que cada peregrino descubre y analiza.
En nuestro caso, no queríamos las rutas más turísticas, sino las más agrestes y naturales pero de invaluable emoción histórica.
El Camino de la Plata nos eligió, nos contagio de naturaleza y silencio y de fuertes pruebas de rendimiento físico y soledad en largos trayectos. Porque en los doce días de este recorrido compartimos con pocos peregrinos.
Ese camino inicia en Andalucía, un camino más antiguo que las rutas romanas, se unen los caminos celtas y árabes, pero utilizado para el tránsito en la antigüedad pre cristiana con hermosos puentes romanos.
Decidimos hacer unos 150 Km de camino a pie para constar en nuestras credenciales de peregrino, y desplazarnos de Madrid hacia Zaragoza en tren y autobús los caminos de Castilla hasta el lugar de inicio a pie de nuestro camino en Ourense.
El Camino Sanabrés tiene su historia personal, pero antes les contaré sobre el mítico sentido de todos los caminos a Santiago.
Cuentan, que entre los años 812 y 814, en los albores de la Reconquista, en un castro (propiedad o finca) cercano a la ciudad de Iria Flavia, un ermitaño llamado Pelayo vio durante la noche unas luces ardientes y se lo comunicó al obispo Teodomiro. Este verificó los hechos y descubrió los restos mortales del Apóstol Santiago el Mayor, que aparentemente habían sido trasladados hasta allí tras su martirio por el año 44 de nuestra era. Este hallazgo inició el fenómeno de las peregrinaciones jacobeas.
El Camino Sanabrés, como camino hacia la tumba del Apóstol, va de la mano de la Vía de la Plata, que asciende desde el sur de España, en una red de monasterios surgidos en base a la repoblación mozárabe y situados en la provincia de Zamora.
El peregrino fue trazando el camino desde que salía de su hogar. Esto es vital, aprender que el camino también lo hace uno, uno anda sobre el camino de otros, que por siglos andan y desandan, en sus peregrinaciones de ilusiones individuales, de socorros y auxilios, de corazones felices o angustias que se quedan en los puentes, debajo de ríos y antiguos y nuevos sembradíos.


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