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Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

Pedro Oller poller@ollerabogados.com | Martes 08 abril, 2008


Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

Pedro Oller

Vamos a ver cómo amarramos esto, porque la verdad, la cosa está sumamente complicada… Y sin embargo, todo arrancó porque decidí escribir sobre dos incidentes íntimamente ligados: por un lado, el que protagonizó don Fernando Berrocal —hoy ex ministro de un montón de carteras (al menos en nombre)— cuando se dedicó a vociferar en una plaza pública en Santo Domingo, por el otro y de más importancia, el secuestro de una caja de seguridad que contenía $480.000 de una casa en Heredia que había dejado un ex funcionario de las FARC en custodia, muy para la sorpresa de sus ocupantes que la recibieron.
Perdón, corrijo no en cuanto al ex ministro porque lo sigue siendo, sino en cuanto a la plaza pública. No fue tal, sino una simple tribuna, que usaron los depositarios para argüir ignorancia, presuponiendo que quienes les escuchamos podemos validarles.
Los demás partidos políticos externaron estupor propio y sin embargo, solo el diputado que lo llamó a declarar y el periódico que me ofrece espacio, sufrieron vilipendia en forma de exabrupto radial tempranito en la mañana del viernes, cuando el desenlace estaba claro. Pero, ¿y el desenlace por unos dólares más? Dice el Fiscal General que prescribió así vaya esta semana a Bogotá a recabar quién sabe qué pruebas, respecto de quién sabe qué delito que, sin lugar a dudas, nos anunciará resuelto a su regreso así le tome cuatro años para formular formal acusación.
Optó el ex ministro por guardar las barreras y argüir un apoyo que no tenía. A don Fernando, en medio de su lucha válida y permanente, no de su boca, me lo dejaron solo. Sirva este espacio de hoy para reiterar, y rectificar de ser necesario, que si bien compartíamos el destino no así la ruta.
Vino el domingo, 30 porque había que ponerle coto al asunto antes que terminara de explotar, y la cosa se calmó en medio de sutilezas. Ni te renuncié ni me despediste, ¿OK? Idiay, pero igual amanecimos el lunes sin Ministro de Seguridad y Gobernación, sin cabeza y sin contexto… Pero con un gran encargo: Alguien debió rendir cuentas y no sembrar más dudas. Se me antoja el Ministro de la Presidencia para el mandado. Pero nadie lo llamó.
Los Arias optaron por no ayudar sino claudicar de previo a dar el paso aclaratorio… Válido recurso presidencial cuando quien convoca es la Asamblea, pero pérfido el después cuando no ofrece certeza. Si bien, trampolín propagandístico para la designada temporalmente que también es la candidata oficial, pero omiso en cuanto a los electores que no pertenecemos ni a uno ni a otro, y abrigamos dudas como cualquiera con media tez. Poco después, para terminar de tranquilizarnos, quitaron a la persona a.i. y nos trajeron una diputada. ¡Viva el incesto!
Innegable el aporte de estos dos años para Berrocal: Pasamos de libras a toneladas en decomiso de droga. La labor en Seguridad fue tan eficaz que despertó dudas. Sin embargo, no la sentí en el carterazo, tampoco cuando me rompieron el vidrio del carro, menos cuando me asaltaron violentamente la casa con nosotros, todos los ticos, adentro. Del susurro al grito de alerta.
Trajo don Fernando al frente el cáncer del narcotráfico, de las FARC y junto a él le apoyamos todos como país: es un hombre íntegro, honorable y noble. Descompuesto, y justificado por la política costarricense que presiona desde su maldita ocultación y que provoca episodios de realismo mágico como el vivido el domingo.
¿Se nos estará haciendo cada día más autóctono García Márquez? Con perdón de Macondo, ojalá que no.

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