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Jueves, 2 de mayo de 2024



NOTA DE TANO


Vimos béisbol del grande en Yankee Stadium

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Jueves 28 abril, 2022

Aaron Judge: “El Juez”, uno de los Bombarderos del Bronx.

Nueva York. Regresamos a la ciudad que nunca duerme y que volvió a despertar después de ser lamentable anfitriona de la pandemia del Covid 19, que se ensañó en su momento con la ciudad de los rascacielos, causando en la Gran Manzana miles de muertos.

El planeta tierra poco a poco trata de volver a la normalidad y nos aprovechamos de esta bocanada de oxígeno, para retomar la tradicional excursión de viajar al Yankee Stadium a presenciar la serie entre los Bombarderos del Bronx y mis queridos Indios de Cleveland, hoy con nuevo nombre: Guardianes.

Me acompañaron mi hermano Osvaldo, mi compañero de colegio y empresario Fabio Pérez Merino y el abogado Manuel Bolaños Morales. Nos hizo muchísima falta el alma de este grupo, mi primo Renato Mirabelli Biamonte, lamentablemente fallecido a mediados del año anterior.

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Vimos la serie completa de fin de semana, barrida de los Mulos de Manhattan a La Tribu: 4-2 primer juego; 5-4 el segundo y 10-2 el tercero.

Yankees es un equipo grande, multimillonario, repleto de estrellas, el 90% jugadores de elite.

La franquicia de Nueva York vale $5.250 millones y una de sus grandes figuras, el jardinero Giancarlo Stanton recibe $29 millones por temporada.

En un gran porcentaje, los beisbolistas de los Bombarderos son fichados de otros equipos: Rizzo, LeMahieu, Falefa, Donaldson, Gallo, Hicks, su lanzador estrella Gerrit Cole y el cerrador Chapman.

Todos reciben salarios millonarios.

Quizá por este detalle, los fanáticos de los Mulos adoran e idolatran a uno de los pocos jugadores hechos en casa: el temible Aaron Judge “El Juez”, un jardinero extraordinario, de poder, muy veloz y con tremendo brazo.

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Renatito decía para molestarme, que cada juego de los Yankees con los entonces Indios “era una práctica de bateo”.

Y eso sucedió en el juego 3 de esta serie, cuando los Yankees sacaron a punta de palo, jonrones e imparables a uno de los mejores lanzadores de los Guardianes: Aaron Civale.

El juego 2 fue dramático; un jonrón de Hedges puso arriba a la Tribu 4-3 en el octavo episodio, pero en el cierre del noveno, cuando solo faltaba un “strike” para el gane de mi equipo, una base por bolas y dos dobles seguidos de Falefa y Gleyber Torres le dieron vuelta a la tortilla y ganaron los Yankees 5-4. Salí destrozado del estadio.

Y de eso se trata, viajar, descansar, ver béisbol del grande y como buen masoquista, mirar a los Guardianes, perder, perder y perder.

gpandolfo@larepublica.net

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