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Vida en Marte

| Viernes 03 mayo, 2013


Con el anuncio de la NASA, ya no se trata solo de la vida en la Tierra sino fuera de ella


Vida en Marte


Desde que el pasado 12 de marzo la NASA anunció que Marte pudo albergar vida microbiana, una cierta angustia empieza a tomar forma en el planeta azul, acostumbrados sus habitantes al privilegio absoluto de la vida.

La Tierra tiene 4,5 billones de años y la evidencia más temprana de ella proviene de alfombras fosilizadas de cianobacterias llamadas estromatolitos, en Australia, organismos unicelulares que aún existen, de hace alrededor 3,4 billones de años, por lo que algunos científicos tienden a ubicar el origen de la vida hace unos 3,8 billones: una rápida aparición y largo tiempo para su desarrollo.

Todo apunta hacia la teoría del mundo de ARN, hipótesis según la cual el ARN apareció en la Tierra sirviendo como material genético de almacenamiento, que generó reacciones químicas y evolucionó hacia el ADN y las proteínas, es decir, a sistemas autosostenibles. Es posible que aquí en la Tierra ni siquiera haya existido un único origen sino muchos, en tantos ambientes como fue posible, allí donde pudo, mediante quimiosíntesis.

Pero el ARN es una molécula, por lo que en ese punto ya no se trata de biología sino de química prebiótica y, con el anuncio de la NASA, ya no se trata solo de la vida en la Tierra sino fuera de ella. Una cuestión que aborda la astrobiología, una nueva ciencia que estudia el origen, la evolución, distribución y futuro de la vida en el universo.
Y con ello, una clásica teoría, la de la panspermia, retoma impulso, la que afirma que las formas simples de la vida derivada de carbono, única que conocemos, están en todas partes del universo y viajan en cometas pero sobre todo en meteoritos, orgánicos les dicen.
Hablan entonces de la teoría de la litopanspermia (del griego: lithos=piedra, pan=todo, esperma=origen) y reaniman la presunción de los griegos antiguos, la de los mundos innumerables.
Entretanto, mientras todo ello toma forma definitiva, las pequeñas grandes cosas de Curiosity se acumulan, por ejemplo, las anunciadas el 12 de marzo.
Que perforando una roca encontró algunos de los componentes químicos fundamentales para la vida incluyendo azufre, nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, fósforo, carbono y minerales arcillosos.
Que fue un ambiente acuoso, un río o un lago, algunos calculan tal vez hasta las rodillas, una especie de cama húmeda que a diferencia de algunos otros ambientes en Marte, no fue extremadamente ácida o salada, parcialmente oxidada, medianamente alcalina, con sulfatos y sulfitos que pudieron haber proporcionado la energía química y otras condiciones favorables para los microbios.
Si no es hoy será mañana pero tarde o temprano descubriremos vida más allá de nuestro planeta. Para entonces, la angustia actual, imperceptible aún, se convertirá en un verdadero torrente que se llevará consigo nuestro privilegiado lugar en el cosmos, inútilmente, puesto que el universo, más que nunca, espera por nosotros, en nuestro viaje hacia lo transhumano.

Walter Farah Calderón

walterfarah@yahoo.com






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