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Miércoles, 11 de diciembre de 2024



EDITORIAL


Vergonzosas matanzas

Debe castigarse a quienes permiten que en sus propiedades se lleven a cabo “tours de cacería” para que extranjeros maten animales de especies en peligro de extinción

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 20 junio, 2009


Editorial


Fincas privadas comprometidas con la conservación y terrenos que forman parte del Patrimonio Natural del Estado se están prestando para que se lleve a cabo en sus predios actividad de caza ilegal, para vergüenza y desprestigio de la mayoría del pueblo costarricense que ostenta una verdadera vocación por conservar la naturaleza y para descrédito, aquí y en el exterior, del gobierno si no cumple con su responsabilidad de impedirlo. Resulta que en la Costa Rica amante y supuestamente practicante de la ecología, hay quienes están permitiendo que en sus propiedades se lleven a cabo “tours de cacería” para que extranjeros maten animales de especies en peligro de extinción, de esas que decimos estar protegiendo. Una nota de LA REPUBLICA del jueves informa sobre esta actividad de caza ilegal de la que se tiene conocimiento gracias a que vecinos de la región presentaron un recurso de amparo advirtiendo sobre los daños en zonas protegidas, recurso que fue acogido por la Sala Constitucional. Como se evidencia, el sentimiento de la gente es genuinamente conservacionista en materia de recursos naturales, pero contrasta con la actitud de algunos que probablemente lucran o se solazan con exterminar especies ya de por sí amenazadas. Costa Rica no puede transitar una doble vía, de conservación y a la vez de exterminio. Debe consolidarse una sólida voluntad de acabar con estas prácticas que más parecen resabios de primitivos instintos que muestras de civilización y ecocultura. Quienes organizan este tipo de tours y quienes de cualquier forma se convierten en cómplices, deben ser sancionados severamente por el doble daño que ocasionan: por un lado, la matanza de animales que lejos de constituir una sobrepoblación son especies en peligro de extinción y, por otro, el desprestigio del buen nombre del país en el exterior. Costa Rica ha elegido el camino de un desarrollo de la mano con la naturaleza y esto debe hacerse con seriedad porque hacer lo contrario y desprestigiarse puede acabar con una oportunidad única. Por otra parte, más allá de esa elección, la protección a la naturaleza es, a estas alturas, la única vía posible en cualquier parte del mundo.









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