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Vehículos Eléctricos en Costa Rica: Una Oportunidad para Transformar el Futuro, Hoy

Natiuska Traña natiuskatp@gmail.com | Lunes 23 septiembre, 2024


Costa Rica se encuentra en un momento que definirá su futuro en la movilidad y la sostenibilidad. Este país, con su envidiable matriz energética casi totalmente renovable, tiene la oportunidad de liderar la transición hacia un transporte verdaderamente limpio. Pero, como en cualquier revolución significativa, el viaje no es fácil. Y la pregunta es: ¿estamos listos?

Revisemos los números: según los últimos datos publicados por la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica, el pasado mes de junio fue un mes histórico para los vehículos eléctricos, con un total de 819 vehículos registrados, lo que representó un 11% del total de vehículos registrados tan solo ese mes. En lo que va del año, ya se han registrado más de los 3.881 vehículos eléctricos, computados al mes de junio, lo que supone un incremento de más del 60% en comparación con el mismo período del año anterior. Estos números subrayan el creciente interés de los costarricenses en las tecnologías limpias y en soluciones de movilidad más sostenibles. Esto no es una moda pasajera; es el principio de una transformación que apenas comienza.

¿Por qué? Porque en un mundo donde la energía sigue siendo un recurso crítico, Costa Rica tiene una ventaja única. Con más del 98% de su energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, cada vehículo eléctrico que circula por las calles está haciendo una diferencia real en la lucha contra el cambio climático y la protección del ambiente. No estamos hablando solo de reducir emisiones; estamos hablando de que nuestro país podría funcionar sin depender de combustibles fósiles para moverse. Eso es revolucionario.

Pero bueno, para lograr lo anterior, los retos son reales. El costo inicial de los vehículos eléctricos sigue siendo un obstáculo. Incluso con incentivos y subsidios, para muchos costarricenses, la barrera económica es considerable. Aunque, no olvidemos algo importante: el costo no es solo lo que pagamos hoy. Un vehículo eléctrico cuesta menos a largo plazo. Menos mantenimiento, menos gastos en combustible y una experiencia de conducción mucho más eficiente.

Otro tema crítico es la infraestructura de carga. Costa Rica tiene avances, pero no podemos conformarnos con "suficiente". En el camino hacia un futuro eléctrico, "suficiente" no es una opción. La red de carga debe ser robusta, accesible y práctica en todo el país. Esto no es una opción más, es una necesidad.

Veamos ahora, lo que está ocurriendo a nivel latinoamericano. Según el “Monitor de Movilidad Eléctrica de América Latina y el Caribe” de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), en los últimos cuatro años, el parque de vehículos eléctricos en América Latina ha crecido más de catorce veces. Los números son enormes, y las proyecciones son claras: para 2030, se venderán aproximadamente 1,2 millones de vehículos eléctricos al año en América Latina. A esto lo deberíamos llamar un cambio exponencial. Costa Rica tiene que estar preparado para ese futuro, y tiene todas las herramientas para hacerlo.

No se trata solo de tecnología, sino de visión. Noruega y los Países Bajos han demostrado que, con una política decidida, la adopción masiva de vehículos eléctricos es posible. ¿Costa Rica puede hacer lo mismo? Absolutamente. Pero necesitamos más que buenos deseos. Necesitamos acción, y la necesitamos ahora. No necesitamos seguir exactamente los pasos de estas naciones, podemos trazar nuestro propio camino. En Costa Rica podemos fomentar la producción local de tecnología relacionada con los EVs: baterías, sistemas de carga, software. Esto no solo impulsará la adopción, sino que creará empleos y generará nuevas oportunidades económicas. Imaginen un futuro donde Costa Rica no solo adopta vehículos eléctricos, sino que se convierte en un centro de innovación para la movilidad sostenible en toda América Latina.

En esta revolución, no nos podemos permitir quedar atrás. Costa Rica tiene todo lo que se necesita para ser un líder global en movilidad eléctrica. Pero ser pionero no es fácil. Requiere una visión implacable y la voluntad de desafiar el status quo.

Este no es solo un llamado a la acción. Es una oportunidad. Una oportunidad para cambiar el curso del transporte, de la energía, y, en última instancia, de nuestro planeta. Costa Rica tiene la ventaja. Ahora, ¿sabremos aprovecharla?

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