Usos mixtos: la clave para construir destinos vibrantes y resilientes
Mauricio Otárola Mauricio_Otarola@gensler.com | Martes 28 marzo, 2023
En los últimos tres años, vivimos una serie de cambios en nuestras prioridades y compartimientos que impactaron el entorno construido y la manera en que utilizamos los espacios. Uno de los efectos más notables que tuvo la pandemia fue la difuminación de límites entre actividades. Al perder la separación física entre la vida, el trabajo y el entretenimiento, los espacios entraron en una fase liquida en la que podemos hacer “todo, en todo lugar y en todo momento”, redefiniendo el propósito de los espacios y la forma en que nos comportamos en ellos.
Las oficinas dejaron de ser lugares en donde los colaboradores son productivos durante una franja horaria definida, si no que se han convertido en hubs de encuentro e innovación. Las compras diarias se han simplificado a un pick up and go mediante herramientas digitales que extienden los límites de la conveniencia. Salir de casa o visitar los espacios de forma presencial ya no es una necesidad, sino una decisión basada en la calidad de las experiencias de compra, encuentro o entretenimiento, el valor que suman al día a día de las personas y la forma en que se adelantan a sus necesidades.
Estos cambios han acelerado la demanda de destinos de uso mixto, desde personas en busca de vivienda hasta empresas pensando en sus próximas oficinas. En Latinoamérica, los desarrollos de uso mixto tienen la capacidad de revalorizar territorios subutilizados y potenciar el reposicionamiento urbano. Se convierten en herramientas para conectar poblaciones, usos y comunidades, generando entornos seguros y distritos vibrantes que contribuyen al desarrollo de ciudades más densas y sostenibles.
Esta es entonces una invitación a entender los proyectos de uso mixto como un ecosistema de usos, experiencias y poblaciones diversas que agregan versatilidad y resiliencia a los desarrollos inmobiliarios. Una oportunidad para crear destinos vibrantes y versátiles.
Si el propósito de los espacios cambió, la forma en que valoramos su éxito debe cambiar.
Hoy en día uno de los mayores indicadores de éxito de un proyecto inmobiliario se asocia a sus áreas rentables y nivel de ocupación. Si bien esto no va a cambiar de la noche a la mañana, pero indicadores como el uso a través del tiempo, la diversidad de la población que visita/reside un lugar o la calidad de interacción de las personas son elementos clave a tomar en cuenta.
En la actualidad, muchos edificios de oficinas están en su máximo uso solo de lunes a viernes de 8:00am a 5:00pm. Esto significa que están siendo aprovechados en su momento pico solo un 26.7% del tiempo por una población recurrente y poco diversa. Lo mismo sucede con un edificio de uso comercial que abre de 10:00 am a 9:00 pm todos los días manteniéndose activo únicamente un 45.8% del tiempo. Esto implica que estamos construyendo, manteniendo y operando inmuebles para solo aprovechar una franja muy limitada de su potencial y por ende de la inversión.
Si nuestro objetivo es promover la diversidad de usos y poblaciones, debemos promover interacciones personalizadas, recurrentes y en múltiples canales que se adapten a esta diversidad. Debemos expandir nuestra visión estratégica para centrarnos no en las necesidades que tenemos hoy, si no en los comportamientos de los próximos 5-10 años, para así crear escenarios de actividad flexibles y resilientes ante el cambio.
Orquestando la complejidad: Cómo la estrategia y el uso mixto pueden mejorar nuestros espacios urbanos
La popularidad de los destinos de uso mixto ha aumentado por diversas razones, desde intereses urbanos y financieros hasta mecanismos para la atracción de inquilinos. Pero si profundizamos, su origen es simple: nuestras prioridades han cambiado. Ahora invertimos nuestro tiempo y dinero de forma diferente y esperamos algo más de los espacios que habitamos. Cuando se abordan estratégicamente, los usos mixtos representan una emocionante oportunidad para enfrentar estos cambios y crear lugares vibrantes y adaptables al futuro.
Si bien, crear un destino de uso mixto exitoso no es una tarea fácil. Se trata de un proyecto complejo que requiere de una planificación estratégica y un enfoque multidisciplinario para abordar todos los aspectos del diseño, desde la escala humana hasta la escala de la ciudad, desde la experiencia física a la digital.
¿Cómo lo hacemos? En primer lugar, trabajamos en estrecha colaboración con los grupos tomadores de decisiones y facilitamos la construcción de una visión común y propuesta de valor sólida. Esto implica una investigación exhaustiva y un análisis de datos riguroso para comprender las necesidades y deseos de las personas, las restricciones de inversión y las oportunidades del mercado. Solo cuando tenemos una comprensión de estos factores podemos empezar a articular la complejidad del proyecto y desarrollar soluciones de diseño que satisfagan las necesidades de todas las partes interesadas.
En síntesis, nuestro rol como estrategas consiste en facilitar la generación de consenso. Guiar a nuestros clientes a través de las distintas capas de complejidad de los proyectos para no perder de vista el propósito de los desarrollos. Orquestar el trabajo de arquitectos, diseñadores, planificadores urbanos y otros expertos para crear soluciones integrales que fortalezcan la propuesta de valor, las experiencias de las personas y su aporte a la ciudad. Mediante un abordaje estratégico e integral de la experiencia y propuesta de valor, podemos dejar de diseñar espacios para diseñar destinos vibrantes y versátiles.