Urgen puentes, carreteras y trenes
Los costarricenses no podemos seguir financiando carreteras y puentes para que sean destruidos por falta de mantenimiento y uso inconveniente
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 02 agosto, 2011
El paso de los años sin otorgarles mantenimiento a los puentes del país y la sobrecarga a la que se les somete desde que se tomó la equivocada medida de acabar con el sistema ferroviario en lugar de aumentarlo y modernizarlo, ha colocado estas infraestructuras en seria situación de peligro.
La alerta sobre el estado de deterioro de los puentes sobrevino principalmente después del diagnóstico hecho por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, que ya en 2007 así lo demostraba.
Sin embargo, nada se hizo para subsanar el abandono al que se había sometido a los puentes, algunos de los cuales hace rato que cumplieron con su vida útil estimada en 50 años.
Hace 30 años que deberían haber comenzado a recibir mantenimiento adecuado estas estructuras, a pesar de lo cual no se hizo llegando a colapsar algunos como el caso del que atraviesa el río Tárcoles, en la vía a Turrubares, que en 2009 ocasionó la muerte de cinco personas.
Ahora se promete atender 160 puentes con una inversión de $120 millones, pero de estos solo 34 están actualmente en reparación, de los cuales únicamente dos se encuentran en vías principales.
Si bien hay que mirar al futuro, no es conveniente olvidar políticas equivocadas que se dieron en el pasado, ya que eso nos está pasando una cara factura. El caso de la eliminación de los trenes de carga es el más destacado.
La carretera Interamericana Norte se construyó para soportar 24 toneladas pero el gobierno ha ampliado el peso máximo permitido hasta 40 toneladas.
Hoy se intenta evitar más tragedias reparando o construyendo puentes y dando algún mantenimiento, construyendo y ampliando carreteras.
Pero otras medidas están pendientes, como es la puesta en marcha sin demoras de un proyecto para contar de nuevo con un sistema ferroviario para el transporte de carga, de modo que el trasiego de mercaderías en transportes pesados no continúe la destrucción de nuestras vías.
Los costarricenses no podemos seguir financiando carreteras y puentes para que sean destruidos por falta de mantenimiento y uso inconveniente.