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Jueves, 28 de marzo de 2024



EDITORIAL


Urgen cambios en consumo de energía

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 12 noviembre, 2007


Editorial


A pesar del aumento que registran los derivados del crudo, en Costa Rica se dispara la factura petrolera; esto indica que el país no ha tomado medidas para frenar el consumo y que necesitará más recursos para importar hidrocarburos.

La generación térmica y el transporte son los sectores que más han demandado combustible en los primeros diez meses del año, según informa LA REPUBLICA hoy.

En cuanto al primer punto, la demanda para generación térmica del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) obedece a un esfuerzo de la institución por producir la necesaria energía que requerirá el país durante la estación seca.

Como es sabido, el ICE no ha podido generar energía limpia mediante recursos hídricos, abundantes en este país, por razones conocidas como la decisión política que le impidió en los últimos años realizar inversiones para esos fines.

El otro sector, el del transporte, es evidente que no ha buscado formas de bajar el consumo. Pese al aumento de la flota vehicular en un 10%, ni la población ni el gobierno han ideado medidas que derivaran en un ahorro de combustible.

Si bien los factores externos, como las crisis geopolíticas, huracanes, inundaciones e incluso la especulación, entre otros, incidieron en el aumento del crudo, también es cierto que el país debe tomar medidas internas para disminuir al menos la dependencia de él.

Es indispensable una toma de conciencia de esta necesidad por parte de la empresa privada, que deberá incursionar en fuentes alternativas de energía. Es urgente un cambio de actitud en la población para que surja una nueva cultura de ahorro energético y es imperativa la acción del gobierno por diversas vías, echando mano de todo el aparato estatal, para impulsar ese cambio.

Políticas equivocadas y una falta de previsión han llevado al país a depender de un petróleo cada vez más caro. La ausencia, en general, de la adecuada estimulación para una cultura del ahorro, significó una población no preparada para enfrentar la actual crisis.

Así las cosas, no queda más que asumir la situación y enfrentarla con creatividad y responsabilidad. Las instituciones, las empresas y el gobierno deberán dar el ejemplo que motive a una población que no responde ya a la retórica.







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