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¿Urge un liderazgo disruptivo?

David Gutierrez david@gutierrezcr.com | Martes 05 agosto, 2014


Los humanos tenemos derecho a la vida, libertad y felicidad. Para lograrlo, Costa Rica necesita menos palabras y más acción


¿Urge un liderazgo disruptivo?

Al momento de escribir este artículo, se está llevando a cabo el Aspen Action Forum, un evento anual organizado por el Aspen Institute, que reúne a más de 300 líderes de empresa privada, gobierno y sociedad civil.
Este encuentro está diseñado para que los asistentes pasen de las ideas a la acción y se comprometan con cambios puntuales para hacer una diferencia positiva en el mundo.
En su discurso inaugural, el presidente y CEO del Aspen Institute, Walter Isaacson, manifestó que los seres humanos somos animales sociales y que, como tales, nos enriquecemos de la colaboración mutua. De ahí la importancia de contar con un equipo de trabajo, una red de contactos y las relaciones interpersonales para poder compartir el conocimiento y mejorar las ideas.
El tema central de este año es el liderazgo disruptivo, que en este contexto se refiere a algo que genera un cambio muy importante o determinante.
Un buen ejemplo de liderazgo disruptivo es el de Steve Jobs, quien logró grandes transformaciones tecnológicas: en el mundo de las computadoras personales con el lanzamiento de Macintosh; en la industria de la música con el Ipod, o la comercialización de los libros con Itunes.
Las grandes disrupciones necesitan visionarios. Efectivamente, para cada uno de esos temas se han planteado propuestas de solución e ideas importantes, pero sin ejecución solo se trata de una alucinación o una fantasía.
Tan importante como la existencia misma de una visión o de una idea es la ejecución de las mismas. Tan importante es el visionario, como quienes las llevan a la realidad y a la práctica.
En Costa Rica, ejemplos de liderazgo disruptivo en el gobierno durante el siglo XX fueron Ricardo Jiménez y Cleto González a inicios de ese, José Figueres y Rafael Calderón a mediados, y Óscar Arias y José María Figueres a finales.
¿Hubieran sido posibles muchos de los grandes logros que gozamos como país sin la visión y el coraje de estos líderes en momentos claves de nuestra historia? Probablemente no. La reforma liberal, la abolición del ejército, la reforma social, la inserción de Costa Rica en los mercados internacionales, el concepto de desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente, el fomento del turismo y de la inversión extranjera, entre otros, probablemente no se hubieran dado, o no se hubieran llevado a cabo a tiempo.
Actualmente Costa Rica se encuentra ante una necesidad inminente de disrupción.
Esto es urgente en temas como el sistema educativo, legislación energética, régimen tributario, pensiones, infraestructura, vivienda popular, seguridad social y salud, así como muchos otros de medular importancia.
El presidente Luis Guillermo Solís obtuvo un mandato fuerte y contundente, como nunca un mandatario lo había hecho. Su obligación es utilizar ese crédito político para llevar a cabo cambios fundamentales en este país.
Para poder llevar a cabo los cambios que el país necesita, el presidente Solís no solamente va a requerir buenas ideas, sino un equipo de trabajo colaborativo que las implemente. Si no, serán alucinaciones.
En palabras de la Declaración de Independencia de Estados Unidos, los humanos tenemos derecho a la vida, la libertad y buscar la felicidad.
Para lograrlo, Costa Rica necesita menos palabras y más acción e innovación.


David Gutiérrez

davgutswa@gmail.com

 

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