Un cambio de página necesario
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 19 febrero, 2008
Hoy estamos a diez días de que venza el plazo que otorga el Tratado Comercial entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta) para que —en teoría— Costa Rica deba tener aprobados los proyectos de implementación relacionados con este acuerdo.
A la fecha los diputados han aprobado en forma definitiva tan solo dos de los 12 proyectos que integran la agenda, mientras otros tres ya lograron cumplir con el primer debate y están a la espera de la resolución de la Sala Constitucional para poder cumplir la segunda votación requerida.
Esto nos da un saldo de siete proyectos que aún requieren cumplir con los trámites legislativos y que, por diversas razones, no lo han logrado.
La necesidad de solicitar una prórroga ya ha sido debidamente comunicada por el Gobierno. El trámite se realizaría en las próximas dos semanas.
Esto implicará que el Congreso deba mantener su atención en estos proyectos por algunas semanas o meses más, situación que inevitablemente implicará seguir aplazando temas igual de importantes que durante el último año se han venido quedando de lado.
Es hora de que Costa Rica pase la página del Cafta y se aboque, ahora sí, a explotar las oportunidades que pueda obtener de este acuerdo comercial.
Es momento de que se forme conciencia de que una mayoría tomó una decisión referente a este tema y de que se debe actuar en ese sentido.
Es tiempo de que la Asamblea Legislativa termine de ejecutar la orden que le dio el pueblo y comience a preocuparse por lo que aún está pendiente.
La agenda de necesidades del país es amplia y se ha tenido que mantener en la sala de espera debido a la toma del Congreso por parte de los proyectos relacionados con el Cafta.
Poco se ha vuelto a hablar, pero de siempre es conocida la necesidad de una reforma electoral aún pendiente. Se sabe también que nuestro sistema fiscal requiere cambios que permitan mejorar la recaudación. De sobra se sabe de la urgente reforma en materia de tránsito y de cambios jurídicos y políticos para el adecuado control de la inseguridad.
No es posible que el país, que la actual administración, deba seguir invirtiendo su tiempo de trabajo en un mismo tema.