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COLUMNISTAS


Un gigante que cayó erguido

Marilyn Batista Márquez mbatista@batistacom.com | Jueves 27 agosto, 2020


Después de 131 años de fundación, La Prensa Libre, el medio de comunicación más longevo de Costa Rica, cerró sus páginas digitales. No lo detuvieron dos guerras civiles nacionales, ni las guerras mundiales del siglo pasado. Tampoco lo frenaron las grandes crisis económicas de 1929 y la del 2008.

Su sala de redacción sobrevivió al presagio del fin del mundo que traería el cambio del siglo XIX al XX y el pánico por el “error del milenio”, que presuntamente provocaría que algunos sistemas tecnológicos fallaran y otros colapsaran, al pasar del siglo XX al XXI.

Brindó cobertura a los sucesos políticos más grandes de la historia nacional e internacional, Golpe de Estados, revoluciones, creación de instituciones públicas hoy emblemáticas, descubrimientos científicos; desde la Revolución bolchevique, la Cubana, la Primavera de Francia, la caída del Muro de Berlín, hasta los asesinatos de Mahatma Gandhi, J.F. Kennedy y Martin Luther King y el presunto suicidio de Salvador Allende.

Con detalle y excelente pluma fue narrado en sus páginas el primer vuelo de los hermanos Wright, el descubrimiento de la Penicilina, la llegada de la radio y la televisión, el primer trasplante de corazón realizado en Centroamérica bajo el liderazgo del Dr. Longino Soto Pacheco, la destacada participación de Costa Rica en la Copa Mundial de Fútbol de Italia, la medalla de oro de Claudia Poll en los Juegos Olímpicos en Atlanta, 35 traspasos de poderes, incluyendo el de la primera mujer Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda.

La Prensa Libre sobrevivió a todo, -el Golpe de Estado de los Tinoco, un voraz incendio en sus instalaciones, su venta y traspaso editorial a los Borrasé y luego a los Gómez, y su migración del papel a digital en el 2015-, pero no pudo sobrevivir al golpe económico que trajo consigo la pandemia del coronavirus. La escueta nota publicada anunciando su cierre fue clara: “Hoy, 131 años después de su fundación, el Grupo Extra decide cerrar La Prensa Libre debido a que enfrentamos la pandemia del Covid-19 y se hace imposible sostenerlo económicamente”.

Grandes líderes empresariales, académicos y “gurús” expertos en administración de negocios y manejo de crisis han debatido acerca de cómo sostener y dar continuidad a las empresas en momentos de crisis, pero la realidad es que pocas están preparadas para afrontar una pandemia. La Prensa Libre es ejemplo de que los más fuertes son los que sobreviven, y los más débiles sucumben, como ocurre en la “ley de la selva”.

Los que tuvimos la oportunidad –como yo- de ser directores de este medio de comunicación sabemos que nos dejó una huella indeleble en nuestras vidas profesionales. Más aún, nuestra trayectoria en La Prensa Libre reforzó la defensa del periodismo profesional, la pasión por la búsqueda de la verdad y el compromiso con el balance informativo, traspasado como ADN por Andrés Borrasé Sanou y William Gómez Vargas.

Ante este cierre no nos queda más que recordar que un gigante cayó erguido, luchando durante las últimas dos décadas por obsequiar a la sociedad un periodismo que hiciera honor a su nombre, La Prensa Libre.

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