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EDITORIAL


Turbulencias y el dólar

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 17 julio, 2008


Editorial


El debilitamiento del colón contra el dólar, que estamos viendo, era de esperar dado el elevado incremento del déficit comercial, como consecuencia del fuerte aumento en las importaciones, y el menor ingreso de inversión extranjera directa, especialmente en el sector inmobiliario como consecuencia de la crisis económica en Estados Unidos.

Por otra parte, la gente había puesto las expectativas en una depreciación del colón.

Ante la posibilidad de un mayor incremento en el tipo de cambio, algunas personas continuaron cambiándose de colones a dólares. Es así como tras el vencimiento, en el mercado bursátil cerca de ¢200 mil millones que no fueron absorbidos en nuevas subastas de títulos del sector público se produjo un exceso de liquidez que los agentes económicos intentaron convertir en dólares presionando en el mercado el tipo de cambio, con los resultados conocidos.

De lo anterior se infiere que pese a la decisión del Banco Central de cerrar el margen de las bandas, factores que pueden conducir a una depreciación nominal del colón en un horizonte de 12 a 18 meses siguen estando presentes en el marco económico.

Lo que no deben extrañar son los ajustes. Después de todo conviene considerar que este régimen no es una panacea macroeconómica pues tiene que superar importantes limitaciones operativas y de capacidad, como parte de un proceso de fijación de un precio en la economía.

Entonces, lo importante es entender que el tipo de cambio, como se ha planteado, puede subir y bajar. No es un movimiento en una sola dirección.

La experiencia parece probar que se hace camino al andar. Conforme empiece a funcionar en forma efectiva, el sistema de bandas hará que la gente tome decisiones incorporando el riesgo en forma explícita.

De ahí que pese a todo, la situación que se está dando tiende a ser normal dentro de un sistema de bandas, donde el tipo de cambio debe fluctuar, en función de la oferta y demanda de divisas.

Lo positivo es que conforme transcurra el tiempo y se reduzca la incertidumbre, es muy probable que tienda a desaparecer la sobrerreacción del tipo de cambio ante las presiones para la depreciación nominal y al reducirse la volatilidad y los márgenes de intermediación cambiaria.

Ciertamente, la lección es que debemos acostumbrarnos a navegar entre las bandas cambiarias, como un paso hacia el eventual establecimiento de las metas de inflación.







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