Trueque de cocaína por combustible
Bloomberg | Miércoles 04 diciembre, 2013
Trueque de cocaína por combustible
Grupos de delincuentes envían el equivalente a entre 60 y 100 buques cisterna de combustible venezolano por día a Colombia, buena parte del cual se paga con cocaína, según el gobierno colombiano.
Eso ha llevado a una caída de los impuestos por combustibles que recauda el gobierno y a una advertencia al complejo de carbón Cerrejón de BHP Billiton Ltd., Anglo American Plc y Glencore Xtrata Plc sobre el origen del combustible para sus camiones. Cerrejón dijo que investiga la situación.
Los camiones cargan gasolina y diesel comprado cerca de la frontera en el estado venezolano de Zulia por alrededor de un centavo por galón (3,78 litros) y se introducen en Colombia apañados por políticos locales y funcionarios corruptos, según Ortega.
El estado colombiano tiene “cero control” sobre la provincia fronteriza de La Guajira, en el noreste de país, que tiene una tradición centenaria de contrabando, dijo Ortega.
“Es evidente que la DIAN, el gobernador del departamento, empleados del departamento y la policía son de un grado de corrupción increíble”, agregó. “En Venezuela, la policía estatal está particularmente involucrada. Se ha perdido todo control de la policía en Zulia”.
La oficina de prensa de la policía colombiana en Bogotá no respondió dos correos electrónicos ni un llamado telefónico de Bloomberg News en los cuales se le solicitaban declaraciones. La policía del estado de Zulia en Venezuela no contestó un correo electrónico y un mensaje de voz en los que se le solicitaban declaraciones.
Desde las ciudades fronterizas colombianas, el combustible contrabandeado se distribuye a ciudades de la costa del Caribe y a Bogotá, a unos 805 kilómetros (500 millas) de distancia, con frecuencia mezclado con combustible legal, dijo Ortega.
El combustible contrabandeado también llega a otras zonas de la frontera de 2.100 kilómetros
en autos y camiones, así como por medio de mulas.
Ortega, un economista de 46 años que estudió en Yale y cuyo padre fue gobernador del banco central de Colombia, dijo que sus intentos de cerrar las rutas del contrabando de La Guajira se han visto frustrados debido a la resistencia de la población local, buena parte de la cual se gana la vida con el contrabando de alimentos, bebidas alcohólicas y combustible. “En tres ocasiones tratamos de cerrar la frontera, y no es difícil: se instalan soldados en el lugar y los camiones no pueden pasar”, dijo. “Pero la población de la frontera empieza a rebelarse. Quema sedes policiales, coloca bombas, incendia depósitos aduaneros”.
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