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COLUMNISTAS


Transparencia

Luis Mastroeni luis@luismastroeni.com | Viernes 09 agosto, 2024


La transparencia más que un principio en el mundo de la ISO26000 (norma mundial para empresas que quieran ser socialmente responsables), es una decisión que toma la alta dirección cuando hablamos de la nueva dinámica de negocios. Es un compromiso por medio del cual la organización se deja ver y promueve un comportamiento ético, que le permite dar cuentas a sus públicos de interés sin ningún reparo.

Muchas son las investigaciones que indican que vivimos en el mundo de la híper transparencia, esa que indica que si un tema no lo dice o informa la empresa, se llegará a saber o, más grave aún, los públicos se fabricarán sus propias respuestas y podrán ser tan creativos como personas hay en el mundo. Antes de que otros lo inventen, es mejor salir al paso y controlar la información desde un inicio.

Informar también implica documentar. Es decir, los negocios deben tener a mano los datos que les permitan asegurar que lo que dicen es verdad y que cuentan con respaldos que aseguran trazabilidad y verdad en lo que se emite por cualquier medio. Ser transparente es también llevar indicadores que verifiquen un cumplimiento real de los compromisos o metas que hemos hecho públicos.

La transparencia entre en su etapa más compleja cuando nos hemos comprometido con prácticas sostenibles y, además, hemos anunciado que queremos generar un equilibrio entre lo social, lo ambiental y lo económico. Cuando decimos, también, que trabajaremos en una estructurar de gobierno que impulse el triple impacto y lo haga realidad a lo interno de la empresa.

Y se vuelve más compleja porque una vez que se habla de este compromiso, ya no hay marcha atrás, ya no hay forma de no actuar de conformidad y ahí es donde, constantemente los públicos piden cuentas.

He visto, a lo largo de mi carrera, cómo a las empresas se les cuestiona sobre la manera en que actúan ante las preocupaciones de la sociedad. “Ustedes dicen que cuidan el agua, pero se la pasan horas regando sus jardines en verano”, decía un mensaje en la red social X de una persona hablando de una marca en Costa Rica. Era un reproche válido.

¿Qué más están haciendo para procurar un mejor diseño de empaques?, decía otra persona ante el discurso de una empresa que informaba que estaba mejorando la recuperación de sus envases post consumo. La gente se alegra de estos avances, pero quiere más, porque en su pensamiento algo le dice que se pueda hacer más.

Esto es a lo que la empresa no debe renunciar. A ese debate de ideas, a seguir la conversación para aclarar, demostrar o disculparse, si es del caso. La transparencia nos pone en un lugar incómodo, pero nos despoja de la mentira y eso es saludable para las marcas. Ya no se puede mentir o engañar más al consumidor, hay que decir la verdad o el consumidor acabará encontrando su verdad.

Cuando iniciamos los procesos de alineamiento ante la ISO26000 los datos y la transparencia deben estar en la base del trabajo que comienza. Hay que decir las cosas, la gente debe enterarse de qué hacemos, pero más importante, del cómo lo hacemos. Esto generará dudas, preguntas, cuestionamientos y eso está bien. Pasaremos del terreno donde el negocio era intocable o incuestionable, al terreno en el que hablamos como participantes del mismo desarrollo que todos queremos; dialogaremos de los temas que a ambos nos importan y encontraremos soluciones que a ambos nos dejen tranquilos.

Cuando una empresa responde y muestra evidencias, baja la ansiedad en los públicos y como dice Italo Pizzolante, nos dan el “beneficio de la duda” y nos permiten explicarnos. En otras palabras, la transparencia hace que las empresas pasen de ser cuestionadas sobre el por qué hacen las cosas, a ser escuchadas para saber si es cierto lo que están diciendo.

La transparencia quita el morbo de irresponsables e incoherentes, que muchas veces pesa sobre las organizaciones y permite abrir espacio a una conversación sana, en la que la mayoría de las veces, la marca saldrá fortalecida y con nuevos embajadores que hablen bien de ella.

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