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Totti, 40 años de fidelidad

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 03 octubre, 2016


Su grandeza para mover el balón en medio campo y buscar el marco rival lo dejará marcado como uno de los mejores jugadores italianos de la historia. Archivo/La República


Él es parte indisoluble de Roma, Roma no sería la misma sin él.

Su dialecto lo delata. Respira Roma, ama Roma y nunca se irá de esta ciudad. Nunca quiso hacerlo.

Es Francesco Totti. Capitán, símbolo y corazón de Roma. Le dicen el octavo rey de la capital italiana y no es para menos.

A sus 40 años, llegó a los 250 goles en la Serie A, en 764 partidos con su club y flechó todos los corazones de los romanos por sus acciones.

Nacido en Roma, criado en esa ciudad y defensor de la fidelidad absoluta a una misma camisa, Totti cuenta con un récord ya no usual en un fútbol que a veces se asemeja a una máquina de hacer dinero; toda su vida ha jugado con la Loba.

Incluso, rechazó una oferta de un tal Real Madrid en 2003, justo cuando estaba en su mejor etapa futbolística.

Se retirará a finales del actual campeonato, en el que sigue metiendo goles; comprende que debe darles campo a jóvenes pero no se apartará nunca del equipo de sus amores. Un futuro ligado a los futuros jugadores de su amado club le espera.

El capitán entrará en la selecta lista de los “One Club Men” a la que ya pertenecen Carles Puyol (Barcelona), Ryan Giggs (Manchester United) o Paolo Maldini (AC Milan), entre muchos otros futbolistas que bajo ningún precio se marcharon del equipo de sus amores.

Totti ostenta dos campeonatos mundiales con la Selección de Italia, alzando la Copa del Mundo en 2006.

Además, un “Scudetto” con la “Maggica” e innumerables logros como jugador del año, mejor goleador y mejor prospecto.

Es el capitán, el número 10, el que hace levantar a todo un estadio cuando sale o entra de cambio, incluso fuera de Roma.

40 años, una cifra muy difícil para que un delantero siga activo en el fútbol.

Totti sufrió severas lesiones en tobillos, rodillas pero no en su alma de romano.

Amado por la mayoría, odiado por unos pocos, poco a poco se acerca el adiós de Francesco del fútbol profesional.

Sí, el mundo del fútbol nunca lo olvidará, pues en Roma ya se coronó, y desde hace tiempo es su octavo rey.







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