TLC con China divide a aliados del Cafta
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 14 enero, 2009
Firma de tratados comerciales ha sido prioridad en gestión oficial ante crisis mundial
Negociación con China divorcia a aliados en Cafta
• Productos costarricenses ganarían acceso directo al mercado más populoso del mundo
• Sector industrial advierte sobre amenaza de “inundación” de bienes chinos
Ernesto José Villalobos
evillalobos@larepublica.net
El próximo lunes se iniciarán las negociaciones que terminarían en la firma de un tratado de libre comercio con China, y desde muchas semanas atrás, detractores e impulsores se han hecho oír.
El frente común construido por los sectores productivos en su lucha por lograr la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, presenta grietas en el caso del diálogo con el gigante asiático.
Ante el anuncio oficial de estrechar las relaciones mercantiles con esa república, han surgido quienes desean aprovechar la oportunidad de enviar sus productos al otro lado del Pacífico, o bien de que se amplíen los arribos de productos “Hecho en China”, para su comercialización local o regional.
Sin embargo, representantes de sectores como el industrial miran con recelo la apertura comercial con el titán asiático.
De igual forma, las divergencias entre los empresarios y el Ministerio de Comercio Exterior han salpicado las negociaciones con la Unión Europea (UE) para sellar un Acuerdo de Asociación.
A diferencia del bloque monolítico en que se convirtieron frente a Cafta, los empresarios nacionales han dejado ver fisuras cuando se habla de abrir las puertas al comercio con la UE y con China.
Incluso antes del anuncio oficial de las gestiones para iniciar el diálogo, los industriales costarricenses señalaban lo inapropiado de firmar un TLC con China.
“La diferencia entre una economía de mercado como es Estados Unidos y la gran incógnita que representa China para el mundo entero, nos hace pensar que es muy poco probable que un país como Costa Rica pueda sacar ventaja de un tratado de libre comercio con el país asiático”, dijo en su momento Juan María González, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).
A pesar de los cuestionamientos, y amparados en un Estudio de Factibilidad llevado a cabo en coordinación con el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional (CCPIT), el Ejecutivo prosiguió con el plan trazado hasta llegar incluso a la firma de un entendimiento para echar a andar el proceso negociador con el gigante chino.
Las acusaciones de la CICR escalaron entonces hasta llegar a un tono confrontativo, completamente opuesto a la armonía que prevaleció entre los sectores productivos y el gobierno durante la negociación y ratificación de Cafta.
“Lo que se dice sobre el tratado con China, es lo mismo que se decía hace 20 años con México… que habría problemas en aduanas, que la producción era demasiado grande para poder competir con ellos, etc. Hoy no hay una sola empresa que pueda decir que desapareció por la entrada en vigencia de ese tratado”, apuntó Marco Vinicio Ruiz, ministro de Comercio Exterior.
Como parte de los argumentos esbozados por Comercio Exterior ante lo dicho por los sectores, se mencionó la urgencia de abrir oportunidades de diversificación de sus mercados, a las pequeñas y medianas empresas nacionales.
Un 70% de quienes exportan desde Costa Rica, corresponde a comercios de mediano y pequeño tamaño quienes parecieran atraídos por el creciente desarrollo del continente oriental.
“Aunque asuste y haya muchos argumentos en contra que parecieran tener sentido, lo que significa el mercado asiático es, sin lugar a dudas, una oportunidad que hay que valorar muy detalladamente, sin descartarla del todo”, opinó Randall Castro, gerente general de Delfiplast, industria dedicada a la elaboración de empaques para los sectores médico y alimentario.
Antes de la activación del mecanismo de negociación de un TLC con China, Costa Rica ya había arrancado el proceso de concertación junto al resto de países del istmo, en busca de consolidar un marco libre para la comercialización con UE.
A pesar de las expectativas, y de la experiencia con Estados Unidos, la discusión con el Viejo Continente se vio oscurecida desde su inicio por la poca flexibilidad de las posiciones europeas.
Temas como normas de origen, azúcar, materia aduanera y normativa regulatoria presentan avances lentos y de difícil consenso.
El ingreso del banano costarricense a los mercados comunitarios es un tema que lleva ya más de 15 años disputándose en foros internacionales.
No fue sino hasta la mini-ronda de diciembre en Bruselas, que las posiciones parecieron encontrar puntos de congruencia, al menos en temas no sensibles.
La cooperación aduanera, la resolución de controversias y lo relacionado a normas de origen, han alcanzado conclusiones casi finales en sus procesos negociadores, lo cual deja ver algo de luz al final del túnel.
“Después de meses de no recibir respuestas positivas de parte de los europeos, hemos alcanzado un punto en el cual las diferencias parecen hacerse más y más pequeñas, para que comiencen a notarse las áreas de coincidencia; para enero estaremos discutiendo de lleno los temas sensibles y el factor tiempo no se ve tan amenazador como antes”, argumentó Roberto Echandi, jefe negociador ante la UE.
Sin embargo la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), ha adoptado una posición acusadora frente a los procesos que se llevan a cabo con los países europeos.
“Nos parece que no se ha dado la importancia que merece la opinión de sectores que tendrán una participación fundamental en el intercambio con Europa… el paso tan acelerado que se les da a los tratados no le ha permitido al Gobierno finalizar satisfactoriamente las gestiones que urgen en temas como la integración aduanera con Centroamérica y eso nos preocupa”, concluyó Tomás Pozuelo, presidente de Cacia.
El paso marcado con que el país se dirige hacia la firma de al menos dos tratados más de libre comercio, antes de que concluya 2010, forma parte de la estrategia de apertura de mercado y diversificación de la oferta exportadora que ha moldeado el comercio exterior durante las últimas décadas.
Hablando en términos absolutos, desde 2005 el monto de las exportaciones nacionales mantuvo un crecimiento anual promedio de casi el 12%.
Para 2008 la cantidad de productos que integran la canasta de exportación costarricense, superó los 1.400, dirigidos a más de 150 países.
Mientras las exportaciones de circuitos integrados desde Costa Rica superaron en 2007 los $1.400 millones, el país exportó casi $30 millones en cajas de papel y cartón durante el mismo periodo.
Hasta octubre de 2008, el mercado de Estados Unidos se mantuvo como el primer destino de las exportaciones nacionales con ventas de $2.860 millones.
“Estamos seguros de que el trabajo que se ha hecho va a fortalecer el comercio exterior del país, no durante los próximos tres o cinco años, sino al menos por diez”, expuso Ruiz.
Negociación con China divorcia a aliados en Cafta
• Productos costarricenses ganarían acceso directo al mercado más populoso del mundo
• Sector industrial advierte sobre amenaza de “inundación” de bienes chinos
Ernesto José Villalobos
evillalobos@larepublica.net
El próximo lunes se iniciarán las negociaciones que terminarían en la firma de un tratado de libre comercio con China, y desde muchas semanas atrás, detractores e impulsores se han hecho oír.
El frente común construido por los sectores productivos en su lucha por lograr la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, presenta grietas en el caso del diálogo con el gigante asiático.
Ante el anuncio oficial de estrechar las relaciones mercantiles con esa república, han surgido quienes desean aprovechar la oportunidad de enviar sus productos al otro lado del Pacífico, o bien de que se amplíen los arribos de productos “Hecho en China”, para su comercialización local o regional.
Sin embargo, representantes de sectores como el industrial miran con recelo la apertura comercial con el titán asiático.
De igual forma, las divergencias entre los empresarios y el Ministerio de Comercio Exterior han salpicado las negociaciones con la Unión Europea (UE) para sellar un Acuerdo de Asociación.
A diferencia del bloque monolítico en que se convirtieron frente a Cafta, los empresarios nacionales han dejado ver fisuras cuando se habla de abrir las puertas al comercio con la UE y con China.
Incluso antes del anuncio oficial de las gestiones para iniciar el diálogo, los industriales costarricenses señalaban lo inapropiado de firmar un TLC con China.
“La diferencia entre una economía de mercado como es Estados Unidos y la gran incógnita que representa China para el mundo entero, nos hace pensar que es muy poco probable que un país como Costa Rica pueda sacar ventaja de un tratado de libre comercio con el país asiático”, dijo en su momento Juan María González, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).
A pesar de los cuestionamientos, y amparados en un Estudio de Factibilidad llevado a cabo en coordinación con el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional (CCPIT), el Ejecutivo prosiguió con el plan trazado hasta llegar incluso a la firma de un entendimiento para echar a andar el proceso negociador con el gigante chino.
Las acusaciones de la CICR escalaron entonces hasta llegar a un tono confrontativo, completamente opuesto a la armonía que prevaleció entre los sectores productivos y el gobierno durante la negociación y ratificación de Cafta.
“Lo que se dice sobre el tratado con China, es lo mismo que se decía hace 20 años con México… que habría problemas en aduanas, que la producción era demasiado grande para poder competir con ellos, etc. Hoy no hay una sola empresa que pueda decir que desapareció por la entrada en vigencia de ese tratado”, apuntó Marco Vinicio Ruiz, ministro de Comercio Exterior.
Como parte de los argumentos esbozados por Comercio Exterior ante lo dicho por los sectores, se mencionó la urgencia de abrir oportunidades de diversificación de sus mercados, a las pequeñas y medianas empresas nacionales.
Un 70% de quienes exportan desde Costa Rica, corresponde a comercios de mediano y pequeño tamaño quienes parecieran atraídos por el creciente desarrollo del continente oriental.
“Aunque asuste y haya muchos argumentos en contra que parecieran tener sentido, lo que significa el mercado asiático es, sin lugar a dudas, una oportunidad que hay que valorar muy detalladamente, sin descartarla del todo”, opinó Randall Castro, gerente general de Delfiplast, industria dedicada a la elaboración de empaques para los sectores médico y alimentario.
Antes de la activación del mecanismo de negociación de un TLC con China, Costa Rica ya había arrancado el proceso de concertación junto al resto de países del istmo, en busca de consolidar un marco libre para la comercialización con UE.
A pesar de las expectativas, y de la experiencia con Estados Unidos, la discusión con el Viejo Continente se vio oscurecida desde su inicio por la poca flexibilidad de las posiciones europeas.
Temas como normas de origen, azúcar, materia aduanera y normativa regulatoria presentan avances lentos y de difícil consenso.
El ingreso del banano costarricense a los mercados comunitarios es un tema que lleva ya más de 15 años disputándose en foros internacionales.
No fue sino hasta la mini-ronda de diciembre en Bruselas, que las posiciones parecieron encontrar puntos de congruencia, al menos en temas no sensibles.
La cooperación aduanera, la resolución de controversias y lo relacionado a normas de origen, han alcanzado conclusiones casi finales en sus procesos negociadores, lo cual deja ver algo de luz al final del túnel.
“Después de meses de no recibir respuestas positivas de parte de los europeos, hemos alcanzado un punto en el cual las diferencias parecen hacerse más y más pequeñas, para que comiencen a notarse las áreas de coincidencia; para enero estaremos discutiendo de lleno los temas sensibles y el factor tiempo no se ve tan amenazador como antes”, argumentó Roberto Echandi, jefe negociador ante la UE.
Sin embargo la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), ha adoptado una posición acusadora frente a los procesos que se llevan a cabo con los países europeos.
“Nos parece que no se ha dado la importancia que merece la opinión de sectores que tendrán una participación fundamental en el intercambio con Europa… el paso tan acelerado que se les da a los tratados no le ha permitido al Gobierno finalizar satisfactoriamente las gestiones que urgen en temas como la integración aduanera con Centroamérica y eso nos preocupa”, concluyó Tomás Pozuelo, presidente de Cacia.
El paso marcado con que el país se dirige hacia la firma de al menos dos tratados más de libre comercio, antes de que concluya 2010, forma parte de la estrategia de apertura de mercado y diversificación de la oferta exportadora que ha moldeado el comercio exterior durante las últimas décadas.
Hablando en términos absolutos, desde 2005 el monto de las exportaciones nacionales mantuvo un crecimiento anual promedio de casi el 12%.
Para 2008 la cantidad de productos que integran la canasta de exportación costarricense, superó los 1.400, dirigidos a más de 150 países.
Mientras las exportaciones de circuitos integrados desde Costa Rica superaron en 2007 los $1.400 millones, el país exportó casi $30 millones en cajas de papel y cartón durante el mismo periodo.
Hasta octubre de 2008, el mercado de Estados Unidos se mantuvo como el primer destino de las exportaciones nacionales con ventas de $2.860 millones.
“Estamos seguros de que el trabajo que se ha hecho va a fortalecer el comercio exterior del país, no durante los próximos tres o cinco años, sino al menos por diez”, expuso Ruiz.