Tijera a deuda política
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Martes 28 agosto, 2012
Despilfarro en momentos de déficit justifica cambio
Tijera a deuda política
Gasto de campaña se reduciría más de la mitad
El elevado déficit es la razón que lleva a los propios partidos y precandidatos a barajar un recorte de la deuda política.
Ya sea para quedar bien ante el electorado o porque efectivamente tienen una preocupación por las finanzas públicas, los políticos quieren frenar “el despilfarro”, como algunos de ellos llaman al gasto autorizado para 2014.
Para las próximas elecciones, el costo de la deuda política aumentará un 149% en relación con 2010.
El monto se calcula de acuerdo con el 0,19% del PIB, que establece la Constitución.
Esto significa unos ¢42 mil millones, dinero que se podría utilizar para entregar más de 7 mil bonos de vivienda, o bien, duplicar la Fuerza Pública actual.
Aunque tradicionalmente están divididos en los temas de fondo, los aspirantes de Liberación Nacional, Acción Ciudadana y Movimiento Libertario, entre otros partidos, coinciden en aplicar la tijera.
Las propuestas van desde una reducción del 31%, hasta un 57%.
Esto significa que de lograrse un acuerdo político, la contribución estatal oscilaría entre poco más de ¢17 mil millones y ¢28 mil millones.
Para lograr el recorte, eso sí, se debe aprobar una reforma o un transitorio a la Constitución antes de octubre de 2013.
La deuda política es una contribución estatal a los partidos para que financien sus operaciones durante la campaña, pero solo cubre a las agrupaciones que logran más de un 4% de los votos válidos para presidente o a las agrupaciones que eligen al menos un diputado.
Ese gasto es financiado por medio del presupuesto nacional, lo que significa que los contribuyentes lo costean a final de cuentas con sus impuestos.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
Tijera a deuda política
Gasto de campaña se reduciría más de la mitad
Ya sea para quedar bien ante el electorado o porque efectivamente tienen una preocupación por las finanzas públicas, los políticos quieren frenar “el despilfarro”, como algunos de ellos llaman al gasto autorizado para 2014.
Para las próximas elecciones, el costo de la deuda política aumentará un 149% en relación con 2010.
El monto se calcula de acuerdo con el 0,19% del PIB, que establece la Constitución.
Esto significa unos ¢42 mil millones, dinero que se podría utilizar para entregar más de 7 mil bonos de vivienda, o bien, duplicar la Fuerza Pública actual.
Aunque tradicionalmente están divididos en los temas de fondo, los aspirantes de Liberación Nacional, Acción Ciudadana y Movimiento Libertario, entre otros partidos, coinciden en aplicar la tijera.
Las propuestas van desde una reducción del 31%, hasta un 57%.
Esto significa que de lograrse un acuerdo político, la contribución estatal oscilaría entre poco más de ¢17 mil millones y ¢28 mil millones.
Para lograr el recorte, eso sí, se debe aprobar una reforma o un transitorio a la Constitución antes de octubre de 2013.
La deuda política es una contribución estatal a los partidos para que financien sus operaciones durante la campaña, pero solo cubre a las agrupaciones que logran más de un 4% de los votos válidos para presidente o a las agrupaciones que eligen al menos un diputado.
Ese gasto es financiado por medio del presupuesto nacional, lo que significa que los contribuyentes lo costean a final de cuentas con sus impuestos.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net