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Temor a apagones impulsa compra de plantas eléctricas

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 11 marzo, 2009




Empresas de servicios pierden unos $25 mil por cinco minutos sin electricidad
Temor a apagones impulsa compra de plantas eléctricas

Salida de circulación de tres plantas hidroeléctricas del Estado mantiene en vilo a las cámaras del sector industrial costarricense

ICE garantiza suministro en circunstancias normales, pero reconoce vulnerabilidad ante eventualidades



Eduardo Baldares
ebaldares@larepublica.net

Tener que acudir a una planta de generación eléctrica propia no les hace ninguna gracia a los empresarios, por los costos e incomodidades que les acarrea.
Sin embargo, coinciden en que tener a mano una para casos de emergencia es más que una necesidad, una obligación, porque están en un país en donde el suministro energético se ha vuelto una interrogante.
Hoy por hoy estos artefactos son considerados indispensables por los empresarios, quienes están sumidos en la incertidumbre de si tendrán que usarlos y en qué proporciones, pues se sabe que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) está utilizando casi la totalidad de su capacidad instalada.
Lo anterior por cuanto el ente no solo está atrasado en sus proyectos, sino que sufrió la salida de circulación de tres plantas hidroeléctricas tras el terremoto del pasado 8 de enero. Entonces, cualquier vicisitud adicional pondría en riesgo el suministro.
Cuando se va la luz no es que se enciende la planta y asunto arreglado. Es mucho más complicado que eso, puesto que se produce un desfase entre la ida del fluido eléctrico y la puesta en marcha de la planta propia.
Hay que reiniciar los equipos, calibrar de nuevo las máquinas, medir temperaturas y un sinfín de procedimientos antes de reemprender la producción, proceso durante el cual se despilfarra dinero, sin contar posibles daños ni el que se gasta por concepto del hidrocarburo necesario para hacer funcionar la planta en cuestión.
“Imagínese una producción industrial de galletas, por poner un ejemplo clásico. Cuando se va la luz el horno se enfría y no es tan sencillo como volver a encenderlo, pues en este nivel se lleva un proceso de cocción, temperaturas y ti
empos precisos, así que el riesgo de echarlas a perder es grande”, explicó Alvaro Ramírez, economista.
Las plantas eléctricas para emergencias son necesarias, pero lo mejor sería no tener que usarlas. “¿Cómo se le va a justificar a un inversionista internacional que se pierden $10 mil al día solo en combustible fósil, cuando otros países usan como gancho de atracción la garantía de un buen suministro energético?”, amplió Ramírez.
Las pérdidas pueden ser mucho más grandes aún, al punto que solo cinco minutos sin electricidad le pueden significar a una empresa como Alienware cerca de $25 mil.
“Solo en revisión de equipos y todo el proceso que conlleva el reinicio de la operación, una compañía bien organizada puede volver a funcionar en una hora, lo que implica unos $25 mil en pérdidas”, aseguró Alberto Arias, vocero para América Latina de dicha compañía.
“En una empresa de servicio al cliente de alto nivel se mide la calidad del producto en ámbitos tales como la pérdida de llamadas, corriendo el riesgo de perder posiciones en los rankings empresariales. Es peligrosísimo para las empresas que funcionan bajo contrato llegar a perderlo”, amplió Alberto Arias.
Todo lo anterior sin contar los posibles desperfectos ocasionados por las altas y bajas de voltaje que puedan haber resentido los equipos.
“En Costa Rica tenemos estabilidad política y un buen personal, suficientemente calificado, pero en suministro de energía estamos ranqueados como riesgosos, y eso
es algo que el país debe corregir”, concluyó el funcionario de Alienware.
Sobre cuán factible es que este verano haya apagones reina una tensa calma. Se está saliendo avante, pero no hay cómo enfrentar una nueva vicisitud.
“Ahora mismo tenemos con qué darles respuesta a los atrasos en obras, gracias al alquiler de plantas térmicas privadas”, resumió Salvador López, director del Centro Nacional de Control de Energía, para quien hay dos circunstancias adicionales que fundamentan su optimismo.
“Tuvimos abundancia de lluvia el año pasado y la demanda bajó producto de la crisis a menos de la mitad de lo que habíamos estimado”, aseguró el funcionario.
Sin embargo, también es cierto que para no sufrir apagones no solo hará falta que el consumo nacional se mantenga dentro de los límites aceptables, sino que no se presente ningún imprevisto en la generación de energía. Es decir, es imposible garantizarlo al 100%.
Tras el terremoto del pasado 8 de enero quedaron fuera de servicio 100 megavatios, sumando las plantas Cariblanco, El Angel, Suerkata, Don Pedro. “Eso es lo que nos está poniendo en una situación tan frágil”, explicó Gravin Mayorga, subgerente del sector Electricidad del ICE.
A partir de estimaciones de la entidad, “podemos asegurar que tenemos la capacidad de abastecer la demanda eléctrica nacional, siempre y cuando no tengamos alguna eventualidad —daño en alguna planta o alguna otra situación— que sí pudiera limitarnos la satisfacción de la demanda eléctrica”, agregó Mayorga, quien pidió a los consumidores hacer un uso racional de la energía, sin incurrir en gastos excesivos ni innecesarios.
Un agravante de la coyuntura es que la institución ya considera dentro de sus proyecciones la totalidad de la generación privada costarricense.
De cualquier manera los consumidores “no se la están jugando”, y se está presentando una demanda mayor por plantas eléctricas de emergencia.
“El año pasado se nos agotaron las portátiles para uso doméstico, y ahora en vez del promedio de cuatro personas que venían a preguntar por ellas se atienden de diez a 15 por día”, aseguró Andrés Mora, agente de Ventas de Corporación Font, que distribuye estos equipos.
“Así como puede venir una persona interesada en una planta de emergencias para su casa, y lo más probable es que se lleve algo portátil para satisfacer un consumo básico, también acuden clientes de mayor envergadura, compañías de carácter industrial que requieren una o más plantas para garantizar el sostenimiento de su producción”, complementó el vendedor.






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