Sobre la carretera a Caldera y otras
| Lunes 21 junio, 2010
Sobre la carretera a Caldera y otras
El mes pasado escribí un artículo titulado “Lo bueno, lo malo y lo triste de la carretera a Caldera”. Entre las cosas malas que señalamos estaba lo siguiente: “Malo resulta también esa cantidad de peajes tan seguidos para una carretera de dos vías, que por lo que ya hemos visto va a colapsar en los días de vacaciones, fines de semana, feriados, Semana Santa, etcétera, malo no haber aprovechado su construcción y hacer los puentes de cuatro o seis vías, malo también esos cortes tan abruptos en algunas partes de la carretera, esto traerá derrumbes similares a la carretera a Limón apenas empiecen a caer los primeros aguaceros, choferes mucho cuidado”.
Pues bien, no más llegaron las lluvias y aparecieron los derrumbes, grandes deslizamientos de tierra y enormes rocas han caído sobre esta carretera de dos vías, dichas escenas las pudimos ver fotografiadas en los periódicos y la televisión; como resultado, una mujer muerta por una de estas piedras. No se necesitaba ser ingeniero para detectar lo que esos cortes abruptos nos mostraban, terrenos pedregosos, cortes extremadamente altos y sin ninguna sustentación.
Lo positivo de esto es que como la carretera se dio en concesión se le puede exigir al concesionario solucionar los problemas antes señalados.
No ocurre así con otras carreteras que sufren de los mismos males como la carretera a Limón, la Interamericana que va hacia el sur o la antigua carretera a Orotina. Pues en estos casos los ciudadanos no podemos hacer efectivo el reclamo de forma expedita al gobierno, que resuelve los problemas a medias, sin solucionarlos definitivamente, esto lo hemos visto en los últimos años con los derrumbes en la carretera que va a la provincia de Limón.
Después de muchísimos años ha surgido una propuesta inteligente para solucionar los problemas de esta carretera que nos lleva al Atlántico, esta consiste en construir los llamados túneles falsos, tal y como lo explicó hace unos pocos días don Francisco Jiménez jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) cuando dijo “Es como hacer un túnel, una especie de cajón, solo que esta estructura no estaría debajo de una montaña”.
Una excelente solución que puede ser costosa, pero que si la miramos a largo plazo, podría ser una solución razonable pues debemos de recordar el costo del mantenimiento, que el gobierno le debe de dar a esta carretera por los continuos derrumbes.
La firma concesionaria de la carretera a Caldera debería hacer estudios similares al menos en los tramos más problemáticos pues su concesión apenas empieza, y en caso de ejecutarlos deberían desde ahora hacerlos con un mínimo de cuatro vías para evitar los embudos y por ende los taponamientos futuros.
Carlos Vilchez Navamuel
Consultor de Bienes Raíces
El mes pasado escribí un artículo titulado “Lo bueno, lo malo y lo triste de la carretera a Caldera”. Entre las cosas malas que señalamos estaba lo siguiente: “Malo resulta también esa cantidad de peajes tan seguidos para una carretera de dos vías, que por lo que ya hemos visto va a colapsar en los días de vacaciones, fines de semana, feriados, Semana Santa, etcétera, malo no haber aprovechado su construcción y hacer los puentes de cuatro o seis vías, malo también esos cortes tan abruptos en algunas partes de la carretera, esto traerá derrumbes similares a la carretera a Limón apenas empiecen a caer los primeros aguaceros, choferes mucho cuidado”.
Pues bien, no más llegaron las lluvias y aparecieron los derrumbes, grandes deslizamientos de tierra y enormes rocas han caído sobre esta carretera de dos vías, dichas escenas las pudimos ver fotografiadas en los periódicos y la televisión; como resultado, una mujer muerta por una de estas piedras. No se necesitaba ser ingeniero para detectar lo que esos cortes abruptos nos mostraban, terrenos pedregosos, cortes extremadamente altos y sin ninguna sustentación.
Lo positivo de esto es que como la carretera se dio en concesión se le puede exigir al concesionario solucionar los problemas antes señalados.
No ocurre así con otras carreteras que sufren de los mismos males como la carretera a Limón, la Interamericana que va hacia el sur o la antigua carretera a Orotina. Pues en estos casos los ciudadanos no podemos hacer efectivo el reclamo de forma expedita al gobierno, que resuelve los problemas a medias, sin solucionarlos definitivamente, esto lo hemos visto en los últimos años con los derrumbes en la carretera que va a la provincia de Limón.
Después de muchísimos años ha surgido una propuesta inteligente para solucionar los problemas de esta carretera que nos lleva al Atlántico, esta consiste en construir los llamados túneles falsos, tal y como lo explicó hace unos pocos días don Francisco Jiménez jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) cuando dijo “Es como hacer un túnel, una especie de cajón, solo que esta estructura no estaría debajo de una montaña”.
Una excelente solución que puede ser costosa, pero que si la miramos a largo plazo, podría ser una solución razonable pues debemos de recordar el costo del mantenimiento, que el gobierno le debe de dar a esta carretera por los continuos derrumbes.
La firma concesionaria de la carretera a Caldera debería hacer estudios similares al menos en los tramos más problemáticos pues su concesión apenas empieza, y en caso de ejecutarlos deberían desde ahora hacerlos con un mínimo de cuatro vías para evitar los embudos y por ende los taponamientos futuros.
Carlos Vilchez Navamuel
Consultor de Bienes Raíces