Sin petróleo sí hay paraíso
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 19 diciembre, 2023
Msc. Jenner Alfaro
Asociado experto en cambio climático y desarrollo de políticas públicas para
Cites Forum
Cerca de 200 países acordaron en la reciente cumbre climática de la Cop 28 que para el 2050 los combustibles fósiles como la gasolina, el diesel y el gas serán cosa del pasado. Para entonces, nuestro planeta se comprometió a utilizar únicamente fuentes de energía renovable.
El acuerdo cumple con las expectativas mínimas para un encuentro de alto perfil, sobre todo si se considera que el 2023 será recordado como el año más caliente de la historia. Durante los últimos doce meses hemos sido testigos de sequías y olas de calor sin precedentes, al mismo tiempo que inundaciones, tormentas y nevadas han golpeado distintas zonas del mundo con mayor fuerza que nunca.
La tierra nos habla y su mensaje es claro, no más combustibles fósiles, no más daño a nuestro hogar, o sufriremos las consecuencias.
En esta ocasión nuestro país, contrario a su tradición y de manera absurda, no ha sido parte de los líderes de este acuerdo. Sin embargo, más allá de la firma de un político en un papel, tenemos en cada persona el verdadero poder del cambio, el cambio que hacemos todos y todas tomando pequeñas decisiones en la dirección correcta.
En Costa Rica, mientras los expertos sobran y los gobiernos acumulan estudios como tarjetas de navidad, estamos por cumplir cerca de 30 años analizando, pensando y discutiendo cómo mejorar la movilidad de las personas con tintes utópicos. Mientras tanto las personas de carne y hueso en nuestro día a día nos preguntamos: ¿cómo hago para llegar rápido y seguro al trabajo mañana? ¿Cómo llevo a mis papás al doctor el lunes? ¿Como voy a la universidad sin que me asalten? Preguntas que urgen de respuesta pronta, y la respuesta en la mayoría de la veces es la misma, toca hacerse de un vehículo propio.
No debería ser así, pero así es nuestra realidad, y lo será hasta que seamos valientes y logremos cambiar el estatus quo de nuestro sistema de transporte público.
En el mientras tanto, cada una de las personas que se atreve a ir contra la corriente y apuesta por moverse con vehículo cero emisiones o 100% eléctrico es un agente del cambio.
En lo que llevamos del año, el 11% de los vehículos nuevos vendidos en nuestro país fueron vehículos 100% eléctricos, demostrándole al mundo que sin petróleo sí hay paraíso.
Un carro, una moto o una bici 100% eléctrica por sí mismos no arreglan las calles ni reducen las presas, nunca fue ese su objetivo, pero bien que aportan en la vía que conviene a Costa Rica ya que sí reducen las emisiones de co2, no hacen ruido y alivian la factura petrolera. Además, los eléctricos puros potencian la electricidad, aun renovable, que se hace en Costa Rica. Recordemos, tenemos electricidad limpia 100%
costarricense, un lujo que no se valora tanto como lo que vale.
Utilizar nuestra electricidad limpia en trenes, buses, carros, y todos los medios de transporte en lugar de gasolina importada y cara, debe ser nuestra meta y sobre todo debe transformarse en nuestra realidad para cumplir con los objetivos fijados al 2050.
Está claro que sí se puede, ya muchas personas en Costa Rica lo estamos haciendo realidad desde hace años.
Para Costa Rica los vehículos 100% eléctricos no son un fin en sí mismos, son el medio para llegar a la meta a tiempo, y a la vez, son la solución inmediata para movernos en el caos de nuestras ciudades sin emitir gases. Una pequeña decisión que nos acerca al futuro hoy.