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“Sí, acepto”

Luis Alejandro Álvarez redaccion@larepublica.net | Viernes 22 mayo, 2020


Este 26 de mayo Costa Rica debe dejar ya de hablar con diferentes calificativos a la institución jurídica del matrimonio, ni matrimonio igualitario, ni matrimonio gay, ni matrimonio homosexual, ni ningún otro adjetivo.

El Código de Familia, solamente regula el matrimonio, una institución que fue creada hace muchos siglos, posiblemente desde los orígenes de la humanidad, y mediante la legislación, el estado protege derechos de quienes se unen en dicho vínculo.

Alan Dixson concluye que «La propensión de los hombres y las mujeres a formar relaciones duraderas con fines reproductivos es un rasgo antiguo, probablemente presente en los primeros miembros del género humano. La existencia de tales relaciones entre los sexos es universal en las poblaciones humanas existentes, y su existencia en formas ancestrales proporcionó la base biológica para la aparición posterior del matrimonio». Dixson, Alan F. (2009). Sexual Selection and the Origins of Human Mating Systems. Oxford University Press.

Esa institución, que arrancó antes de los inicios del cristianismo, ya en Roma fue utilizada por las clases altas para asegurarse de transmitir su patrimonio a sus descendientes directos, y que posteriormente se universalizó hasta llegar a nuestros días, como una institución tutelada por el derecho, sin las formalidades religiosas, y con vigencia más amplia.

La judicatura, de forma tímida, fue dando pasos lentamente, primero reconociendo la Unión de Hecho de dos personas que deseaban tener la tutela del Estado de su relación para protegerse patrimonialmente, y luego la misma Sala Constitucional de la Corte Suprema, para llegar a hacer pleno el derecho a la no discriminación que garantiza nuestra Constitución Política.

Hubo un plazo de 18 meses para que el Poder Legislativo hiciera los ajustes respectivos en las diferentes normas, lo cual nunca aconteció. Esa inercia, deja pospuestos los cambios respectivos a leyes, para un futuro, pero el proceso ya no se puede detener.

Sobre la razón del por que debe existir esta tutela universal, bien claro lo dejó la Corte Suprema de los Estados Unidos de América, en la sentencia donde se da la igualdad plena para le matrimonio civil en todos los estados:

“Como demuestran los demandantes de estos casos, el matrimonio representa un amor que puede sobrevivir a la muerte. No habríamos entendido a estas parejas si decimos que faltan el respeto a la idea de matrimonio".

“El deseo de estas parejas no es que les condenen a vivir excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Exigen la igualdad de derechos ante la ley. Y la Constitución les concede ese derecho".

“No hay ninguna unión más profunda que el matrimonio, que representa los más altos ideales de amor, fidelidad, devoción, sacrificio y familia. Al formar una unión en matrimonio, dos personas se convierten en algo más grandioso que lo que eran antes”.

“La naturaleza del matrimonio es que, a través de su lazo eterno, dos personas pueden encontrar otras libertades, como la de expresión, intimidad o espiritualidad. Esto es cierto para todos los ciudadanos, independientemente de su orientación sexual".

El “Si acepto” se podrá expresar, en plena igualdad por todos los ciudadanos, por parte de quienes decidan unirse en ese vínculo civil de origen milenario.

Costa Rica ha dicho Si, a la universalización del “Si acepto”.


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