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Ser alcalde es buen negocio

Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Sábado 19 marzo, 2011




Salario de gobernador lo determina el tamaño del presupuesto, no la eficacia de su gestión
Ser alcalde es buen negocio
Sueldos alcanzan hasta ¢6 millones, como el caso del jerarca del municipio josefino
Ser alcalde en Costa Rica es buen negocio. Al menos en términos salariales. Quienes más ganan, inclusive superan el salario de la Presidenta.
Además, a pesar de la infinidad de estudios que demuestran en términos generales las ineficiencias en los servicios municipales, no existen consecuencias en los ingresos de los gobernadores.
Sin importar si su gestión es buena, regular o mala, su sueldo está determinado por una serie de reglas que no necesariamente recompensa a quienes desempeñan mejor su cargo, sino que depende del presupuesto del municipio y de otras prerrogativas dictadas por el Código Municipal.
Los sueldos de los gobernadores alcanzan hasta los ¢6 millones que recibe por mes Johnny Araya, alcalde de San José, o más de ¢4 millones, que devenga Néstor Mattis gobernador de Limón.
Entre los menos afortunados están los alcaldes de Alvarado y Dota, que ganan unos ¢700 mil, sueldos que dentro de sus propias comunidades, no son nada despreciables.
Al contrastar los planes de gastos, el salario de los alcaldes y el ranking que mide la eficiencia de los municipios quedan al descubierto varias disparidades.
Así las cosas, en el caso de Limón, a pesar de que su gobierno local ocupa el puesto número 75 del ranking, su salario es el segundo más alto.
Un caso similar es el de Gonzalo Vargas, de Tibás, quien gana ¢3,4 millones, a pesar de que las calles están llenas de huecos, la basura se acumula en las esquinas y existen graves problemas de inseguridad. Su municipio se ubica en el puesto 84.
Hay municipalidades que cuentan con menos recursos y sus alcaldes reciben remuneraciones menores a las señaladas y aún así, ejecutan una mejor gestión que los señalados anteriormente. Esos son los casos de Turrubares, Montes de Oro y Alvarado, entre otros.
“Todos los alcaldes tenemos las mismas responsabilidades. Los ciudadanos se quejan directamente con nosotros y una de nuestras funciones es corresponderles adecuadamente. En nuestro caso pasamos del puesto 66 al 32, lo que habla muy bien de la labor que venimos realizando para mejorar la calidad de vida de los pobladores”, expresó Jorge Calvo, alcalde de Abangares, quien devenga ¢1 millón.
La ley establece que los gobernadores no ganarán menos del salario máximo pagado por la municipalidad. Dicho sueldo de referencia toma como parámetro el presupuesto municipal, por lo que si este es alto, la remuneración será aún más elevada, ya que se le debe agregar un 10%.
Asimismo, en el caso de que el gobernador sea bachiller universitario o tenga un grado académico superior, su salario se incrementará en un 35% y en un 55% respectivamente, por dedicación exclusiva.
Para 2011, las municipalidades pagarán ¢2.300 millones en salarios a los gobernadores.
Durante el último año, hubo un retroceso en la gestión municipal, señala un informe de la Contraloría General de la República, ya que 41 de las 81 municipalidades descendieron en el ranking de ejecución.
En el peor de los casos, la Municipalidad de Turrubares apenas ejecutó el 12% del presupuesto asignado, mientras que el promedio no superó el 67%.
Por otra parte, la morosidad por impuestos llegó a ser hasta del 55% en cantones como Nandayure, Guácimo, Corredores y San Mateo.
Sin embargo, no todo está perdido, algunos gobernadores se han caracterizado por realizar una buena gestión.
En este selecto grupo se encuentran los de Escazú, Santa Cruz, Belén, Osa y Santa Ana, quienes perciben sueldos de más de ¢3 millones, pero al mismo tiempo se ubican entre los primeros diez lugares de eficiencia en el informe de la Contraloría.

Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net






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