Sentencias del 11-M decepcionan a víctimas
| Jueves 01 noviembre, 2007
Sentencias del 11-M decepcionan a víctimas
Para mayoría de los afectados castigos son demasiado blandos dada la gravedad de los atentados
Madrid
EFE
La sentencia por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que se hizo pública ayer, generó sentimientos contrapuestos entre las víctimas, con una mayoría que se sintió decepcionada, frente a otra parte que se da por satisfechas con el fallo.
Con gritos de “asesinos”, “perros” y “cerdos”, algunas de las víctimas, acompañadas por familiares, despidieron el furgón policial que trasladaba a los condenados a prisión, tras la lectura de la sentencia más esperada de la historia reciente de España.
En ese fallo judicial se responsabiliza de la matanza a “yihadistas”, se descarta la implicación de la organización terrorista vasca ETA, y se absuelve a uno de los presuntos “cerebros” de los atentados, Rabei Osman El Sayed, “Mohamed El Egipcio”, al no considerarse demostrado que fuera autor intelectual de la matanza, como sostuvo la Fiscalía.
Las mayores condenas han sido para los marroquíes Jamal Zougam y a Otman El Gnaoui, como autores de 191 asesinatos consumados, 1.856 asesinatos en grado de tentativa y cuatro delitos de estragos terroristas.
Todo eso representa una pena superior a los 42 mil años de cárcel, aunque la legislación española estipula que sólo se cumple un máximo de 40 años en prisión.
Otro de los peor parados ha sido el español José Emilio Suárez Trashorras condenado a 34.715 años por su relación con los atentados, concretamente por haber facilitado los explosivos con los que se cometieron.
Para la mayoría de las víctimas, se trata de una sentencia “demasiado blanda” dada la gravedad de los atentados y el elevado número de víctimas mortales, aunque también hay algunas que se dan por satisfechas con la actuación de la Justicia.
Los padres de Luis Tenesaca, un joven de 17 años que falleció en los atentados consideran “irrisorias” las condenas y creen que realmente “no se ha hecho Justicia”.
“Es la cosa más vergonzosa que puede pasar en nuestro país”, ha señalado por su parte con lágrimas en los ojos Carolina Rodríguez, quien perdió en la masacre a su padre y a su hermano y cree que tras conocerse la sentencia, que establece penas “ridículas”, “cualquiera puede poner una bomba”.
Entre los que realizan una valoración más positiva figura Isabel Casanova, cuyo hijo y ex marido fallecieron aquel fatídico 11 de marzo de 2004 en Madrid.
Casanova dijo a Efe que con la sentencia “se ha desmontado la teoría de ETA” y se ha concluido que “la culpa de todo esto ha sido la participación en la guerra de Irak y la foto de las Azores” (alusión a la imagen de George Bush, Tony Blair y José María Aznar, en víspera de la guerra contra el país árabe que dio la vuelta al mundo).
María López, otra de las afectadas, dijo que “los culpables han sido condenados, y se ha juzgado lo que se podía juzgar”, aunque puntualizó que “esto no es un punto final, sino un punto y aparte, porque habrá cosas que tendremos que recurrir”.
Los grupos políticos tampoco han acogido de forma unánime la esperada sentencia, aunque la mayoría destacó el hecho de que se haya desechado definitivamente la teoría de la participación de la banda terrorista ETA.
Para el presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, “se ha impartido justicia y sobre esta justicia tenemos que mirar hacia adelante”.
Sin embargo, el líder de la oposición y del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, advirtió que seguirá apoyando cualquier otra investigación “que avance sin límites en la acción de la justicia, ya que los acusados como inductores o autores intelectuales no han sido condenados como tales”.
El juez instructor de los atentados, Juan del Olmo, también se ha pronunciado, en declaraciones a Efe televisión, en torno a un fallo judicial que espera y desea aporte “una cierta paz” a las víctimas.
Ese fallo se ha dado a conocer tres años y medio después de la explosión de 10 bombas en cuatro trenes de cercanías de la capital de España, que dejaron 191 muertos y más de 1.800 heridos, y cuatro meses después de la finalización del juicio.
Para mayoría de los afectados castigos son demasiado blandos dada la gravedad de los atentados
Madrid
EFE
La sentencia por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que se hizo pública ayer, generó sentimientos contrapuestos entre las víctimas, con una mayoría que se sintió decepcionada, frente a otra parte que se da por satisfechas con el fallo.
Con gritos de “asesinos”, “perros” y “cerdos”, algunas de las víctimas, acompañadas por familiares, despidieron el furgón policial que trasladaba a los condenados a prisión, tras la lectura de la sentencia más esperada de la historia reciente de España.
En ese fallo judicial se responsabiliza de la matanza a “yihadistas”, se descarta la implicación de la organización terrorista vasca ETA, y se absuelve a uno de los presuntos “cerebros” de los atentados, Rabei Osman El Sayed, “Mohamed El Egipcio”, al no considerarse demostrado que fuera autor intelectual de la matanza, como sostuvo la Fiscalía.
Las mayores condenas han sido para los marroquíes Jamal Zougam y a Otman El Gnaoui, como autores de 191 asesinatos consumados, 1.856 asesinatos en grado de tentativa y cuatro delitos de estragos terroristas.
Todo eso representa una pena superior a los 42 mil años de cárcel, aunque la legislación española estipula que sólo se cumple un máximo de 40 años en prisión.
Otro de los peor parados ha sido el español José Emilio Suárez Trashorras condenado a 34.715 años por su relación con los atentados, concretamente por haber facilitado los explosivos con los que se cometieron.
Para la mayoría de las víctimas, se trata de una sentencia “demasiado blanda” dada la gravedad de los atentados y el elevado número de víctimas mortales, aunque también hay algunas que se dan por satisfechas con la actuación de la Justicia.
Los padres de Luis Tenesaca, un joven de 17 años que falleció en los atentados consideran “irrisorias” las condenas y creen que realmente “no se ha hecho Justicia”.
“Es la cosa más vergonzosa que puede pasar en nuestro país”, ha señalado por su parte con lágrimas en los ojos Carolina Rodríguez, quien perdió en la masacre a su padre y a su hermano y cree que tras conocerse la sentencia, que establece penas “ridículas”, “cualquiera puede poner una bomba”.
Entre los que realizan una valoración más positiva figura Isabel Casanova, cuyo hijo y ex marido fallecieron aquel fatídico 11 de marzo de 2004 en Madrid.
Casanova dijo a Efe que con la sentencia “se ha desmontado la teoría de ETA” y se ha concluido que “la culpa de todo esto ha sido la participación en la guerra de Irak y la foto de las Azores” (alusión a la imagen de George Bush, Tony Blair y José María Aznar, en víspera de la guerra contra el país árabe que dio la vuelta al mundo).
María López, otra de las afectadas, dijo que “los culpables han sido condenados, y se ha juzgado lo que se podía juzgar”, aunque puntualizó que “esto no es un punto final, sino un punto y aparte, porque habrá cosas que tendremos que recurrir”.
Los grupos políticos tampoco han acogido de forma unánime la esperada sentencia, aunque la mayoría destacó el hecho de que se haya desechado definitivamente la teoría de la participación de la banda terrorista ETA.
Para el presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, “se ha impartido justicia y sobre esta justicia tenemos que mirar hacia adelante”.
Sin embargo, el líder de la oposición y del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, advirtió que seguirá apoyando cualquier otra investigación “que avance sin límites en la acción de la justicia, ya que los acusados como inductores o autores intelectuales no han sido condenados como tales”.
El juez instructor de los atentados, Juan del Olmo, también se ha pronunciado, en declaraciones a Efe televisión, en torno a un fallo judicial que espera y desea aporte “una cierta paz” a las víctimas.
Ese fallo se ha dado a conocer tres años y medio después de la explosión de 10 bombas en cuatro trenes de cercanías de la capital de España, que dejaron 191 muertos y más de 1.800 heridos, y cuatro meses después de la finalización del juicio.