Sensación de inseguridad
| Sábado 19 abril, 2008
Sensación de inseguridad
Con sus primeras declaraciones a la prensa, después de haber asumido el cargo como Ministra de Seguridad Pública, doña Janina nos brinda una excelente oportunidad para dar nuestro aporte, en torno al tema de la inseguridad ciudadana. Sucede que tal como hay un programa deportivo de radio llamado Sensación Deportiva, con los lineamientos de don Leonel Jiménez y la participación de sus contertulios, entre la población existe una desproporcionada percepción de inseguridad, algo meramente ficticio que hay que resolver. Además, algunos de quienes se lanzan a la palestra del debate por los medios se extralimitan y se olvidan de la situación que viven otros países, en extremo violentos. En otras palabras, quienes consideran que estamos “horrorosos” ofenden la inteligencia. “No es tanta”, como algunos se imaginan, la magnitud de la violencia. Hay que forjar una conciencia ciudadana al respecto.
Resulta que otros, como don Juan Diego Castro, arremeten en contra de la impunidad, sin reparo alguno. Asimismo, el ex ministro de Seguridad Fernando Berrocal cae en una cacería de brujas. Lo que sí es cierto, es que estamos ante un variopinto de posiciones y de opiniones encontradas.
Estamos de acuerdo. También con el manifiesto que firmaron los presidentes de los tres poderes de la República y la prevención social.
Pero vamos por partes. En ocasiones, la atmósfera que respiramos es de ensueño, tal como la que genera el Cow Parade josefino, especialmente con el llamado a la reunión de las vacas, que hizo el director de porras del equipo de fútbol de la Universidad de Costa Rica con el sonido del caracol, en la actividad de toma de fotos patrocinada por Scotiabank. Se le puso un tono rosa al San José de hoy, con bellas remembranzas, creatividad colectiva incluida, de la Costa Rica de antaño que se resiste a perecer.
Hay que volver la vista hacia la cultura popular, al Festival Internacional de las Artes, a la sana concurrencia al aire libre, al soplo creativo y al buen humor, a la tarima del Lago de La Sabana y a las terapias sociales. Es más que evidente que el vandalismo perdió el pulso, pero aún subsisten los problemas de salud pública.
En lo que respecta al comportamiento en los estadios de fútbol, el Taller de Ritmos y Expresión Tropical Popular Universitaria como actividad cultural es una necesidad en vías de ser satisfecha, un puente con las raíces caribeñas y con el romancero campesino. En este sentido, reafirmamos nuestra convicción: la magia simpática que utilizamos, el sistema orgánico de comunicación y la canalización de energías generan un impacto positivo, tal como el Río Infinito de Manuel Obregón, que pronto estará de vuelta. Se insufla cohesión social y la gente se pone pura vida.
Por supuesto, la basura, la descomposición social y la despoblación de San José por la noche son parte de la cruda supervivencia, pero jamás conforman una constante de la vida ciudadana o llegan a formar parte de lo cotidiano, pues cuando sale el sol y tenemos un nuevo día, la cuestión cambia. Claro está, la contaminación ambiental, el colapso del tránsito, el escándalo y el estrés nos invaden y se requiere una alta dosis de espíritu proactivo para seguir adelante.
Todos deseamos una capital remozada, llena de encuentros y recreación, con la gente apropiándose del paisaje urbano, sin tanto gueto y mejor planificada, por lo que denunciamos las críticas destructivas de algunos y cierto tipo de reacción social, que hace de la Plaza de la Cultura el escenario de linchamientos y ejecuciones de pena de muerte. Así se lo representan. Qué imágenes más desdichadas. ¡Qué feo!
Fernando Coto Martén
Sociólogo
Con sus primeras declaraciones a la prensa, después de haber asumido el cargo como Ministra de Seguridad Pública, doña Janina nos brinda una excelente oportunidad para dar nuestro aporte, en torno al tema de la inseguridad ciudadana. Sucede que tal como hay un programa deportivo de radio llamado Sensación Deportiva, con los lineamientos de don Leonel Jiménez y la participación de sus contertulios, entre la población existe una desproporcionada percepción de inseguridad, algo meramente ficticio que hay que resolver. Además, algunos de quienes se lanzan a la palestra del debate por los medios se extralimitan y se olvidan de la situación que viven otros países, en extremo violentos. En otras palabras, quienes consideran que estamos “horrorosos” ofenden la inteligencia. “No es tanta”, como algunos se imaginan, la magnitud de la violencia. Hay que forjar una conciencia ciudadana al respecto.
Resulta que otros, como don Juan Diego Castro, arremeten en contra de la impunidad, sin reparo alguno. Asimismo, el ex ministro de Seguridad Fernando Berrocal cae en una cacería de brujas. Lo que sí es cierto, es que estamos ante un variopinto de posiciones y de opiniones encontradas.
Estamos de acuerdo. También con el manifiesto que firmaron los presidentes de los tres poderes de la República y la prevención social.
Pero vamos por partes. En ocasiones, la atmósfera que respiramos es de ensueño, tal como la que genera el Cow Parade josefino, especialmente con el llamado a la reunión de las vacas, que hizo el director de porras del equipo de fútbol de la Universidad de Costa Rica con el sonido del caracol, en la actividad de toma de fotos patrocinada por Scotiabank. Se le puso un tono rosa al San José de hoy, con bellas remembranzas, creatividad colectiva incluida, de la Costa Rica de antaño que se resiste a perecer.
Hay que volver la vista hacia la cultura popular, al Festival Internacional de las Artes, a la sana concurrencia al aire libre, al soplo creativo y al buen humor, a la tarima del Lago de La Sabana y a las terapias sociales. Es más que evidente que el vandalismo perdió el pulso, pero aún subsisten los problemas de salud pública.
En lo que respecta al comportamiento en los estadios de fútbol, el Taller de Ritmos y Expresión Tropical Popular Universitaria como actividad cultural es una necesidad en vías de ser satisfecha, un puente con las raíces caribeñas y con el romancero campesino. En este sentido, reafirmamos nuestra convicción: la magia simpática que utilizamos, el sistema orgánico de comunicación y la canalización de energías generan un impacto positivo, tal como el Río Infinito de Manuel Obregón, que pronto estará de vuelta. Se insufla cohesión social y la gente se pone pura vida.
Por supuesto, la basura, la descomposición social y la despoblación de San José por la noche son parte de la cruda supervivencia, pero jamás conforman una constante de la vida ciudadana o llegan a formar parte de lo cotidiano, pues cuando sale el sol y tenemos un nuevo día, la cuestión cambia. Claro está, la contaminación ambiental, el colapso del tránsito, el escándalo y el estrés nos invaden y se requiere una alta dosis de espíritu proactivo para seguir adelante.
Todos deseamos una capital remozada, llena de encuentros y recreación, con la gente apropiándose del paisaje urbano, sin tanto gueto y mejor planificada, por lo que denunciamos las críticas destructivas de algunos y cierto tipo de reacción social, que hace de la Plaza de la Cultura el escenario de linchamientos y ejecuciones de pena de muerte. Así se lo representan. Qué imágenes más desdichadas. ¡Qué feo!
Fernando Coto Martén
Sociólogo