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Seis formas en que bancos centrales distorsionaron los mercados

Bloomberg | Martes 23 agosto, 2016 12:00 a. m.


Imagen con fines ilustrativos. Shutterstock/La República.


Había una vez un mundo en que el crédito y los principios económicos fundamentales impulsaban los retornos, los inversores hablaban de las virtudes de la diversificación de activos y la volatilidad del mercado crecía cuando lo hacía el riesgo macroeconómico.

Luego llegaron los bancos centrales.

Sus políticas de estímulo e intervenciones verbales posteriores a la crisis han conspirado para interrumpir el normal funcionamiento de los mercados de crédito. Los precios del mercado obedecen cada vez más a la liquidez barata, la posición de las políticas a corto plazo de la Reserva Federal de los Estados Unidos y las tasas reales locales, en lugar de a los elementos macroeconómicos fundamentales y al mercado, sostienen los analistas.

Analistas de Citigroup Inc. se lamentaron en un informe de la semana pasada por este nuevo mundo de mercados bursátiles y de renta fija “en extremo disfuncionales” y mencionaron, entre otros factores, la desaparición de las relaciones entre ganancias empresariales y diferenciales de crédito, así como la reducción estructural de la volatilidad a pesar de una serie de obstáculos macroeconómicos.

Las siguientes son seis formas en que los bancos centrales han alentado la disfunción del mercado, según analistas de Citigroup que dirigió Matt King.

1. Son factores macroeconómicos, más que fundamentales, los que cobran cada vez más importancia en lo relativo a impulsar retornos en los mercados bursátiles del mundo desarrollado, algo que, según los analistas, lleva a una conducta de rebaño por parte de los fondos de inversión de los Estados Unidos.

2. Los impagos en lo que va del año ya equivalen al total anual de 2015, según S&P Global Inc., y los diferenciales de crédito de alto rendimiento en Europa y los Estados Unidos aún no se han ajustado. “En momentos en que el plano macroeconómico es tan dominante, los impagos ya no parecen ser una preocupación para el crédito”, dice Citigroup.

3. La correlación entre los diferenciales corporativos de los Estados Unidos y el apalancamiento empresarial se ha interrumpido desde 2011, mientras que los mercados bursátiles se hacen eco de la relativa impasibilidad del mercado de renta fija respecto de las malas noticias corporativas. Desde 2012, por ejemplo, las revisiones a la baja de las estimaciones de ganancias en los mercados desarrollados ya no se ven acompañadas de liquidaciones en el mercado bursátil.

4. En Europa, un aumento de las malas noticias en los últimos años, según índices de incertidumbre en cuanto a política económica de Baker, Bloom & Davis, ha tenido escasa correlación con los diferenciales de crédito.

5. Se ha interrumpido la tradicional relación entre mercados de crédito y calificaciones. Tradicionalmente, cuando la economía florece, se venden los bonos gubernamentales y los diferenciales corporativos se reducen porque los inversores calculan que las buenas perspectivas de crecimiento justifican la toma de riesgo, y viceversa. Esa correlación negativa, sin embargo, se ha roto en los últimos años, destaca Citigroup, que menciona la relación entre los rendimientos de los Bunds y los diferenciales de grado de inversión europeos, así como los rendimientos de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos y los diferenciales corporativos estadounidenses. “Si bien nunca es del todo claro, en la actualidad lo que es bueno para las notas es bueno también para el crédito (y las acciones). Todo sube, en un fuerte movimiento de búsqueda de rendimiento, o todo se liquida. Los beneficios de la diversificación han desaparecido.

6. La volatilidad es baja a pesar de las correlaciones entre activos, de la inminente elección estadounidense, de las noticias negativas en Japón y los riesgos políticos en Europa.







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