¡Se fue el Monstruo!
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 17 enero, 2011
¡Se fue el Monstruo!
Wilmer Murillo falleció el pasado viernes y LA REPUBLICA está de luto
Wilmer Murillo Bolaños fue básicamente un periodista que se especializó en Economía y en ese campo fue un número uno indiscutible.
Testigos de excepción de su innata capacidad para interpretar, analizar, licuar y después comunicar a los lectores la siempre complicada información económica, fueron los más notables economistas costarricenses que desde la presidencia y junta directiva del Banco Central, pasando también por todos los entes públicos y privados que rigen y mueven la economía de una nación, le tendieron a Wilmer la alfombra roja en sus respectivos despachos cuando fue a buscar la información.
Alberto Di Mare, Eduardo Lizano, Bernal Jiménez, Jorge Guardia, Fernando Naranjo, Odalier Villalobos, Thelmo Vargas, Fernando Herrero, Guillermo Zúñiga y otros selectos economistas costarricenses, fueron consultores permanentes de las opiniones del “Monstruo de la Economía”, como cariñosamente calificábamos a Wilmer aquí en LA REPUBLICA, su casa durante casi 34 años.
Murillo acompañó a varios de estos funcionarios para dar cobertura a eventos económicos de trascendencia universal, en sedes como Tokio, Washington, Londres, Taiwán, Berlín, Nueva York y otras ciudades cosmopolitas del planeta.
La gran virtud de Wilmer fue facilitarle al lector la interpretación de la información bursátil y en ese campo fue el maestro de varias generaciones de jóvenes comunicadores que quisieron, como él, especializarse en el sector de la Economía.
Cuando LA REPUBLICA decidió convertirse en el Diario de Negocios de Costa Rica, encontró en Wilmer Murillo un líder y un pilar para levantar la edificación que lo convirtió en el mejor del país en ese tipo de coberturas.
Profesional serio, introvertido, reservado y responsable, tuvo un lado humano muy escondido que lo hizo grande; todos los compañeros lo recordaremos muchos domingos trabajando la jornada profesional en compañía de su hija menor, a la que adoraba; pero donde Wilmer volcó su afecto y se entregó de lleno de manera solidaria, fue con su amigo, colega y también compañero de muchos de nosotros en LA REPUBLICA, Arturo Sánchez, después de que este quedó inhabilitado para trabajar por un problema de salud muy grave.
Wilmer nunca abandonó a Arturo y fuimos testigos de cómo lo auxilió económicamente, para convertirse en un verdadero amigo.
Se nos fue el Monstruo y los compañeros del café de las 4 en la soda del periódico quedamos huérfanos; los de siempre, como Miguel Agüero, Tano y Luis Rojas; los de antes como Rodrigo y Erick Díaz, Luis Alvarez, y los de ahora como Danny Canales y Cristian Williams.
Le falló el corazón a Wilmer; su inmenso corazón dejó de latir y con su muerte el periodismo económico del país perdió un baluarte.
A su esposa Alma y a sus hijos, las condolencias afectuosas y sinceras de toda la familia de LA REPUBLICA.
Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net
Wilmer Murillo falleció el pasado viernes y LA REPUBLICA está de luto
Testigos de excepción de su innata capacidad para interpretar, analizar, licuar y después comunicar a los lectores la siempre complicada información económica, fueron los más notables economistas costarricenses que desde la presidencia y junta directiva del Banco Central, pasando también por todos los entes públicos y privados que rigen y mueven la economía de una nación, le tendieron a Wilmer la alfombra roja en sus respectivos despachos cuando fue a buscar la información.
Alberto Di Mare, Eduardo Lizano, Bernal Jiménez, Jorge Guardia, Fernando Naranjo, Odalier Villalobos, Thelmo Vargas, Fernando Herrero, Guillermo Zúñiga y otros selectos economistas costarricenses, fueron consultores permanentes de las opiniones del “Monstruo de la Economía”, como cariñosamente calificábamos a Wilmer aquí en LA REPUBLICA, su casa durante casi 34 años.
Murillo acompañó a varios de estos funcionarios para dar cobertura a eventos económicos de trascendencia universal, en sedes como Tokio, Washington, Londres, Taiwán, Berlín, Nueva York y otras ciudades cosmopolitas del planeta.
La gran virtud de Wilmer fue facilitarle al lector la interpretación de la información bursátil y en ese campo fue el maestro de varias generaciones de jóvenes comunicadores que quisieron, como él, especializarse en el sector de la Economía.
Cuando LA REPUBLICA decidió convertirse en el Diario de Negocios de Costa Rica, encontró en Wilmer Murillo un líder y un pilar para levantar la edificación que lo convirtió en el mejor del país en ese tipo de coberturas.
Profesional serio, introvertido, reservado y responsable, tuvo un lado humano muy escondido que lo hizo grande; todos los compañeros lo recordaremos muchos domingos trabajando la jornada profesional en compañía de su hija menor, a la que adoraba; pero donde Wilmer volcó su afecto y se entregó de lleno de manera solidaria, fue con su amigo, colega y también compañero de muchos de nosotros en LA REPUBLICA, Arturo Sánchez, después de que este quedó inhabilitado para trabajar por un problema de salud muy grave.
Wilmer nunca abandonó a Arturo y fuimos testigos de cómo lo auxilió económicamente, para convertirse en un verdadero amigo.
Se nos fue el Monstruo y los compañeros del café de las 4 en la soda del periódico quedamos huérfanos; los de siempre, como Miguel Agüero, Tano y Luis Rojas; los de antes como Rodrigo y Erick Díaz, Luis Alvarez, y los de ahora como Danny Canales y Cristian Williams.
Le falló el corazón a Wilmer; su inmenso corazón dejó de latir y con su muerte el periodismo económico del país perdió un baluarte.
A su esposa Alma y a sus hijos, las condolencias afectuosas y sinceras de toda la familia de LA REPUBLICA.
Gaetano Pandolfo
gpandolfo@larepublica.net