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Satanizando y Abusando del Sector Productivo

Humberto Pacheco humberto.pacheco@pachecocoto.com | Martes 08 noviembre, 2011



TROTANDO MUNDOS
Satanizando y Abusando del Sector Productivo


La Machaca es una página de humor político que es lectura obligatoria, pero ha perdido la cordura cuando del Sector Empresarial se trata. No entendemos el encono con que se refiere a éste, dejando de lado que son los empresarios quienes crean producción, empleo y riqueza para el país, y para más de un millón de costarricenses. ¿Por qué satanizarlos porque defiendan las condiciones necesarias para obtener ganancias razonables? ¿Cómo no oponerse a un PACquetazo de impuestos que no es otra cosa que un refrito del Mamotreto y puede liquidar a muchos? La inversión empresarial no se puede apostar en la ruleta.
¿Cuánto más fácil no sería para un empresario colocar sus recursos en un lugar seguro, en los grandes mercados, y simplemente recoger los réditos, en vez de arriesgar su patrimonio en actividades empresariales que conllevan un alto riesgo, jugándosela en un país en donde cambiar las reglas del juego es la regla predominante y la palabra de los políticos no vale nada? Solo el paternalismo que ha llevado al Gobierno a la quiebra puede germinar semejante idea.
No hay que ser un gurú de las finanzas para saber que el Gobierno de Costa Rica no puede contratar un solo empleado más. Al contrario, debe más bien deshacerse de una carga insostenible de funcionarios y empleados redundantes que forman parte de las razones por las cuales no hay plata que alcance para financiar el presupuesto. Es necesario incentivar al Sector Empresarial con medidas que le permitan aumentar el número de sus empleos y abrirle oportunidades a otros costarricenses sobretodo aquellos que debe dejar ir el Gobierno con trabajos que en su mayoría serán mejor pagados que los de éste.
Para que haya empleo, un grupo de valientes tiene que decidirse a invertir su patrimonio para crear empresas, en un país en donde cualquier empeño cuesta una pequeña fortuna porque la idiosincrasia es al no. Para iniciar cualquier empresa es necesario probarse un McGiver y desgastarse en obtener permisos, licencias y documentos ultra legalistas, lo cual encarece y retrasa cualquier proyecto por plazos irracionales. Esto se torna aún más costoso si se trabaja con préstamos bancarios, hipotecando bienes propios para financiar el proyecto. Claro que plegarse a campañas con que se engaña al pueblo, diciéndole que los impuestos son para gravar a los ricos, suena muy sabroso. Pero la demagogia pinta cosas que no corresponden a la realidad porque no hay impuestos que no lleguen directa o indirectamente a los menos privilegiados y al final, en el estado de despilfarro en que vive el Gobierno, solo empeoran las cosas.
La memoria es corta: cuando por fin los comunistas lograron que la “Yunai” se fuera de la zona sur, allí se acabó el empleo y llegó el hambre. Hasta el día de hoy, a pesar de la zona libre de impuestos de Golfito, esa región no acaba de recuperarse. También es corto el raciocinio, pues no es difícil entender que si a los inversionistas les encarecen su operación, haciéndolos menos competitivos, buscarán otros países como Panamá, en donde están anuentes a recibirlos de brazos abiertos, para irse con sus plantas y servicios.
No le jalemos tanto el rabo a la puerca porque con el empleo y la integridad familiar de los costarricenses no se debe jugar. Este país no puede permitirle al dueño del PAC hacerle imposiciones caprichosas.

Lic. Humberto Pacheco A., M.C.L.
vikocr@racsa.co.cr


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