Respuestas que no responden
| Viernes 19 octubre, 2012
Respuestas que no responden
El 7 de agosto de 2012 remití a la Dirección de Apoyo al Consumidor del Ministerio de Economía una consulta a su dirección electrónica. El día siguiente contestó esa oficina: “Gracias por contactarnos. En breve nos comunicaremos con usted al correo registrado”.
Como pasaban los días y aquel anticipo de brevedad se disipaba, insistí en la cuestión. El 31 de agosto de 2012 dijo la misma dependencia: “No se puede entregar el mensaje porque la entrega a esta dirección está restringida”.
¿Cabe tener uno y otro mensaje como respuesta a una consulta? Evidentemente no. De donde resulta que la Directora de esa oficina, la señora Cynthia Zapata, o desbarra con su aserto publicado en La República del 12 del mes en curso a partir de una información errada de sus subalternos, o se toma esas libertades por creernos beocios.
Si la Directora de esa oficina pretende asignarle el carácter de respuesta a esos renglones aquí copiados, se quedará sola con su jactanciosa presunción de eficiencia y precisión. Sencillamente, porque no se trata de respuestas al contenido de las preguntas formuladas.
Así las cosas, me confirmo en la fundamentación del descrédito que rodea tal Dirección en la opinión pública a resultas del particular modo de gestionar de su Directora.
Alvaro Madrigal
El 7 de agosto de 2012 remití a la Dirección de Apoyo al Consumidor del Ministerio de Economía una consulta a su dirección electrónica. El día siguiente contestó esa oficina: “Gracias por contactarnos. En breve nos comunicaremos con usted al correo registrado”.
Como pasaban los días y aquel anticipo de brevedad se disipaba, insistí en la cuestión. El 31 de agosto de 2012 dijo la misma dependencia: “No se puede entregar el mensaje porque la entrega a esta dirección está restringida”.
¿Cabe tener uno y otro mensaje como respuesta a una consulta? Evidentemente no. De donde resulta que la Directora de esa oficina, la señora Cynthia Zapata, o desbarra con su aserto publicado en La República del 12 del mes en curso a partir de una información errada de sus subalternos, o se toma esas libertades por creernos beocios.
Si la Directora de esa oficina pretende asignarle el carácter de respuesta a esos renglones aquí copiados, se quedará sola con su jactanciosa presunción de eficiencia y precisión. Sencillamente, porque no se trata de respuestas al contenido de las preguntas formuladas.
Así las cosas, me confirmo en la fundamentación del descrédito que rodea tal Dirección en la opinión pública a resultas del particular modo de gestionar de su Directora.
Alvaro Madrigal