Rebelión contra los porno-escáneres
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 25 noviembre, 2010
Rebelión contra los porno-escáneres
Muchos consideran que los alrededor de 400 nuevos escáneres instalados en más de 60 aeropuertos de Estados Unidos representan una amenaza a la privacidad
John Tyner, el pasajero que se negó a pasar por uno de los bautizados ya como “porno-escáneres” de Estados Unidos, se ha convertido en el ídolo de los que piden sabotear los aparatos.
Tyner se hizo famoso después de que el vídeo que grabó con su teléfono móvil el pasado sábado en el aeropuerto de San Diego diese la vuelta a la web.
“Si me tocas las pelotas haré que te arresten”, dijo el programador de 31 años a un agente de seguridad tras enterarse de que si no pasaba por el escáner que permite ver desnudos a los pasajeros tendría que someterse a uno de los nuevos y exhaustivos procedimientos de registro.
Tyner, claro está, no pudo volar, pero su hazaña lo ha convertido en una especie de héroe para los que consideran que los alrededor de 400 nuevos escáneres avanzados instalados en más de 60 aeropuertos del país representan una amenaza a la privacidad.
Una versión abreviada de su explícita declaración en San Diego “Don’t Touch My Junk”, en inglés, se usa ya como logotipo para camisetas e incluso ropa interior.
El altercado ha servido también de inspiración al artista de rap Michael Adams que ahora debuta con “Don’t Touch My Junk”, una canción que va acompañada de un vídeo cómico.
Las encuestas indican que la mayoría de estadounidenses respalda los escáneres en nombre de la seguridad, pero la minoría contraria a ellos y partidaria de las libertades individuales está dispuesta a hacerse oír.
Los escáneres llevan entre diez y 20 segundos, pero la gente que se niegue a pasar por ellos tiene que someterse al nuevo procedimiento de cacheo, también controvertido, que dura más tiempo.
El responsable de la Dirección de Seguridad del Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) dijo que esos nuevos cacheos son inevitables dada la amenaza terrorista.
Causar molestias es precisamente lo que persiguen campañas como “We Won’t Fly” que pide, a aquellos que puedan, que no vuelen hasta que se retiren los nuevos escáneres y cacheos. A los que tengan que hacerlo los invita a negarse a pasar por las máquinas.
Así como “National Opt Out Day” (Día Nacional de la Abstención) que pretende generar retrasos y llamar la atención sobre estos nuevos protocolos de seguridad.
La situación, de todos modos, tampoco parece fácil para los agentes de seguridad.
El blog de viajes Flying With Fish incluye el comentario de un agente de la TSA que dice: “Ayer un pasajero me dijo que mantuviese las manos alejadas de su pene o de lo contrario gritaría”.
“¿Es así cómo se comporta un hombre de negocios de 40 años?”, añade el agente, quien recuerda no ser más que “un profesional haciendo su trabajo”.
La controversia llegó hasta Lisboa donde el presidente estadounidense Barack Obama dijo entender la frustración de sus compatriotas pero aseguró que los sistemas son los únicos considerados eficaces para abortar posibles amenazas terroristas.
Las autoridades esperan que para finales del próximo año haya unos 1.000 escáneres instalados.
Washington/EFE
Muchos consideran que los alrededor de 400 nuevos escáneres instalados en más de 60 aeropuertos de Estados Unidos representan una amenaza a la privacidad
John Tyner, el pasajero que se negó a pasar por uno de los bautizados ya como “porno-escáneres” de Estados Unidos, se ha convertido en el ídolo de los que piden sabotear los aparatos.
Tyner se hizo famoso después de que el vídeo que grabó con su teléfono móvil el pasado sábado en el aeropuerto de San Diego diese la vuelta a la web.
“Si me tocas las pelotas haré que te arresten”, dijo el programador de 31 años a un agente de seguridad tras enterarse de que si no pasaba por el escáner que permite ver desnudos a los pasajeros tendría que someterse a uno de los nuevos y exhaustivos procedimientos de registro.
Tyner, claro está, no pudo volar, pero su hazaña lo ha convertido en una especie de héroe para los que consideran que los alrededor de 400 nuevos escáneres avanzados instalados en más de 60 aeropuertos del país representan una amenaza a la privacidad.
Una versión abreviada de su explícita declaración en San Diego “Don’t Touch My Junk”, en inglés, se usa ya como logotipo para camisetas e incluso ropa interior.
El altercado ha servido también de inspiración al artista de rap Michael Adams que ahora debuta con “Don’t Touch My Junk”, una canción que va acompañada de un vídeo cómico.
Las encuestas indican que la mayoría de estadounidenses respalda los escáneres en nombre de la seguridad, pero la minoría contraria a ellos y partidaria de las libertades individuales está dispuesta a hacerse oír.
Los escáneres llevan entre diez y 20 segundos, pero la gente que se niegue a pasar por ellos tiene que someterse al nuevo procedimiento de cacheo, también controvertido, que dura más tiempo.
El responsable de la Dirección de Seguridad del Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) dijo que esos nuevos cacheos son inevitables dada la amenaza terrorista.
Causar molestias es precisamente lo que persiguen campañas como “We Won’t Fly” que pide, a aquellos que puedan, que no vuelen hasta que se retiren los nuevos escáneres y cacheos. A los que tengan que hacerlo los invita a negarse a pasar por las máquinas.
Así como “National Opt Out Day” (Día Nacional de la Abstención) que pretende generar retrasos y llamar la atención sobre estos nuevos protocolos de seguridad.
La situación, de todos modos, tampoco parece fácil para los agentes de seguridad.
El blog de viajes Flying With Fish incluye el comentario de un agente de la TSA que dice: “Ayer un pasajero me dijo que mantuviese las manos alejadas de su pene o de lo contrario gritaría”.
“¿Es así cómo se comporta un hombre de negocios de 40 años?”, añade el agente, quien recuerda no ser más que “un profesional haciendo su trabajo”.
La controversia llegó hasta Lisboa donde el presidente estadounidense Barack Obama dijo entender la frustración de sus compatriotas pero aseguró que los sistemas son los únicos considerados eficaces para abortar posibles amenazas terroristas.
Las autoridades esperan que para finales del próximo año haya unos 1.000 escáneres instalados.
Washington/EFE