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Quienes le hablan al oído a Laura

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 05 mayo, 2010




Adrián Chinchilla, Florisabel Rodríguez y Carlos Espinach serán consultores de primera mano para la presidenta
Quienes le hablan al oído a Laura
Su esposo, José María Rico y sus padres, Rafael Angel y Emilce serán sus confidentes más cercanos

Un círculo reducido y selecto será el que tenga una influencia directa en la toma de decisiones que, a partir del mediodía del 8 de mayo, ejecutará como presidenta de la República Laura Chinchilla Miranda.
Sin duda los vicepresidentes, ministros, viceministros y presidentes ejecutivos de las entidades autónomas tendrán un papel de primer nivel; no obstante, hay un grupo aún más cerrado que trabajará como la conciencia lúcida de la mandataria.
Las miradas apuntan a quienes llevaron a buen puerto la campaña electoral que terminó con el rotundo triunfo del Partido Liberación Nacional: un economista, una politóloga y un desarrollador inmobiliario. Se trata de Carlos Espinach Philips, Florisabel Rodríguez Céspedes y Adrián Chinchilla Miranda. Los dos primeros con experiencia en campañas políticas y en tareas de gobierno; Adrián, hermano de la Presidenta, hizo sus primeras armas en la elección de 2010; no obstante, no es advenedizo en la política pues fue alcalde de Escazú y en su periodo, se afirma, el crecimiento que tuvo ese cantón fue notable.
Si bien ellos son la conciencia de la futura presidenta, nadie duda que en el hogar también tendrá los consejos importantes de su esposo, José María Rico, reconocido consultor internacional en temas de seguridad; lo mismo ocurrirá en el hogar de sus padres, pues su papá, el ex contralor general de la República, Rafael Angel Chinchilla, es un hombre de reconocidos principios éticos y de amplia experiencia en la administración pública.
Carlos Espinach y Florisabel Rodríguez normalmente trabajan con un perfil bajo; no se les ve en fotografías en los periódicos, ni en entrevistas televisivas ni radiales; en el caso de Espinach, su trabajo es de planificación pues maneja mucha información y tiene un conocimiento amplio sobre la realidad del país; esto se une al manejo oportuno que tiene Rodríguez de la comunicación y la investigación política, tema en el que se especializó.
Espinach comentó a LA REPUBLICA que no aspira a ningún puesto pero que le dará su opinión a la mandataria cuando ella lo requiera. “Como costarricense esta es mi obligación”, enfatizó.
Por su parte, Florisabel Rodríguez expresó su anuencia a colaborar con doña Laura especialmente en las áreas donde es especialista: la comunicación y la investigación política.
Los dos se conocen desde hace mucho tiempo pues laboraron en un proyecto que se denominó Colina 2000, bajo el apoyo del consultor chileno John Biehl durante la primera administración de Oscar Arias (1986-1990). En ese entonces hubo muchas críticas a este grupo pues se consideró que actuaba como un “gobierno paralelo” ya que gozaba de mucha autonomía.
Colina 2000 estructuró todo lo que tuvo que ver con la ejecución de las ocho promesas (los escalones de la Catedral Metropolitana) que formuló Arias recién elegido presidente en aquella oportunidad.
Posteriormente, junto con un grupo de intelectuales y académicos fundaron lo que se llamó Apoyo a la Toma de Decisiones (ATD), grupo desaparecido pero que tuvo gran influencia en el triunfo electoral de José María Figueres en 1994.
Ese grupo lo integraron en ese entonces, entre otros, Rebeca Grynspan, Fernando Herrero, Miguel Gómez Barrantes, Carlos Sáenz Pacheco, Fernando Durán Ayanegui, Carlos Espinach, Carmen Valverde y Florisabel Rodríguez; luego se les unieron otras figuras como Eduardo Doryan y Leonardo Garnier.
Aunque conocen a Laura Chinchilla desde hace mucho tiempo, fue a raíz de la recién terminada campaña electoral que su amistad se profundizó pues la futura mandataria puso en sus manos su destino político.
“Cuando hablé con Laura por primera vez sobre el tema de la campaña electoral, vi en ella algo muy especial y me dije: la pegará”, comentó don Carlos quien muestra una profunda admiración por el espíritu de trabajo de la próxima gobernante.
Laura tiene una gran confianza en el trabajo de Florisabel Rodríguez; tanto es así, que cuando Rolando Araya la designó como su jefa de campaña para la segunda elección de 2002, la llamó para que la aconsejara; lo mismo hizo ahora y desde marzo del año pasado trabajó intensamente tras la meta del triunfo electoral, lo que logró finalmente.



Eduardo Amador H.
eamador@larepublica.net
Colaboró Carlos Mora
cmorah@larepublica.net






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