Que no se frene el crecimiento
El país decidió esta apertura y ha transcurrido el tiempo suficiente para que todas estas diferencias se hubieran discutido ya
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 25 noviembre, 2010
Las tarifas que deberán pagar las empresas interesadas en la apertura celular, por interconectarse a la infraestructura del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), han generado un importante desacuerdo entre esa entidad y la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel).
El presidente ejecutivo del Instituto considera que este perdería ¢30 mil millones anuales si la tarifa que cobrara por la interconexión fuera la fijada por Sutel, de 0,67 centavos de dólar por minuto, en vez de la calculada por ellos, de 4,13 centavos de dólar por el mismo tiempo.
Esta diferencia y el que Sutel se tomara un tiempo mayor al establecido por la ley para resolver sobre el tema, movieron al ICE a plantear una denuncia judicial por considerar que si no lo hace, lo que se produzca en las actuales condiciones sería algo “ilegal y nulo”.
Que eso ocurra intempestivamente y a estas alturas es, además de sorprendente, preocupante porque frena el crecimiento de nuestra economía, de por sí bajo.
El país decidió esta apertura y ha transcurrido el tiempo suficiente para que todas estas diferencias se hubieran discutido y estuvieran ya establecidas con claridad las reglas del juego.
Si el Estado está comprometido con la apertura y las dos instituciones que hoy se enfrentan son estatales, pareciera que algo no funcionó como debiera.
Se impone ser eficientes. Se impone resolver las diferencias en el menor tiempo posible porque lo contrario genera una incertidumbre negativa tanto para las empresas que están deseosas de avanzar en el proceso de incursionar en este negocio, como para el país en general que se ha creado expectativas al respecto.
La situación actual no debería tornarse un motivo de nuevos retrasos. Sería de gran importancia que las instancias judiciales que deberán ahora resolver pudieran hacerlo en corto tiempo, sin que ello afecte sus labores. El buen nombre de Costa Rica y los beneficios que puedan derivarse de este proceso de apertura, valen un esfuerzo para esclarecer totalmente las condiciones en el menor tiempo posible.