Productividad y dignidad
| Miércoles 05 febrero, 2014
Hay una Costa Rica ansiosa aún por escuchar de qué manera dirigirá y gestionará su próximo gobierno para asegurar el crecimiento económico pero también social que reclama
Productividad y dignidad
El que tengamos una segunda ronda de votación para elegir gobierno, y ello signifique dos meses más de campaña política, es una excelente oportunidad para profundizar en los programas de gobierno de ambos candidatos.
Creemos que los costarricenses valorarían mucho que los medios de comunicación dieran oportunidad, ahora con más tiempo para cada uno, a Luis Guillermo Solís y a Johnny Araya para que se refieran a muchos de los principales problemas que enfrenta el país ahondando, y aportando mayor detalle.
La deuda externa, el hecho de que el gobierno gaste más de lo que le ingresa, la evasión fiscal y la ineficiente recaudación, requieren soluciones reales, comprobables.
La falta de infraestructura de todo tipo, como carreteras, hospitales, cárceles, escuelas, entre otras, tienen al país retrasado porque los últimos gobiernos no hicieron lo que les correspondía.
La calidad de la educación y de los servicios públicos de salud que además deben ser oportunos (sin inhumanas listas de espera), la seguridad jurídica y ciudadana, la gestión de nuestra riqueza marina, los grandes temas del agua y la electricidad, para mencionar algunos, pueden ser abordados no ya con unas frases generales en un minuto, sino con detalles del cómo.
Hemos visto que la publicidad vacía, la demagogia y las falsas promesas no son ya aceptadas por una población que sabe reconocerlas. Tenemos un electorado más maduro. De eso no queda duda luego de la primera ronda electoral del pasado domingo.
El resto del mundo nos ve también como una democracia un poco más madura. Nuestro comportamiento y actitud ante eso debe hacerle honor. Costa Rica no está hoy para añejas formas engañosas de hacer política.
Los sectores olvidados por los políticos han hablado en las urnas por lo que la lectura de sus necesidades es hoy un imperativo ineludible para quien aspire a gobernar.
Y en materia de necesidades desatendidas, estas se ponen de manifiesto en todos los sectores de la población. La práctica de “patear el balde”, tan usada en las últimas décadas ya no será permitida por una población que va a exigir soluciones a su próximo gobierno.
Los ejemplos son muchos. Más arriba mencionamos algunos, pero pueden agregarse muchos más:
El despilfarro de todo tipo en el sector público, ¿cómo será enfrentado? ¿De qué manera se frenará el desperdicio de los dineros públicos? ¿Cómo se piensan redistribuir los miles de plazas que se crearon durante el gobierno anterior sin que significaran nada en mejora de servicios?
Hay una Costa Rica ansiosa aún por escuchar de qué manera dirigirá y gestionará su próximo gobierno para asegurar ese crecimiento económico pero también social que reclama.