Proceso educativo debe apasionar
El proceso educativo debe convertirse en algo apasionante, capaz de atraer a los niños pues estos se alejan de él cuando les resuelta aburrido
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 18 enero, 2012
Dos factores están afectando negativamente la educación en Costa Rica: la calidad y cantidad de capacitación que recibe el profesorado y las deficiencias en infraestructura.
Todo esto debería haber sido parte de un plan país desde hace años, pero no hemos pasado de escuchar promesas de campaña en ese sentido sin que estas se conviertan en realidad. Mucha retórica al respecto no significó pasar a la acción y, como se sabe, los discursos por muy bien que suenen no solucionan nada.
Hoy Costa Rica se encuentra bien en materia de educación si se compara con el resto de América Latina, pero si lo hace con el mundo, que es con quien debemos compararnos, queda mal. En el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa por sus siglas en inglés), que toma en cuenta a 75 naciones, la nuestra quedó en el lugar 45.
El país está urgido de tener prioridades bien definidas y en ese sentido la salud, la seguridad y la educación son la base sobre la cual podemos construir todo lo demás.
En materia de educación, esta difícilmente podrá mejorar en calidad si el profesorado no lo hace. Es a este a quien corresponde la tarea no de intentar transmitir conocimientos a base de que estos sean repetidos y memorizados sino de despertar el interés en los estudiantes por adquirirlos, la pasión por el conocimiento. Hoy es urgente aprender a aprender.
El proceso educativo debe convertirse en algo apasionante, capaz de atraer a los niños que, por naturaleza, están ávidos siempre de conocer cosas nuevas y solo se desvían de esa ruta cuando el proceso resulta aburrido.
Actualmente una iniciativa público privada busca equiparar los conocimientos obtenidos por los estudiantes de algunos colegios costarricenses con los de un nivel internacional y ha tenido éxito en los últimos tres años.
No obstante, el país debe encontrar la forma de que todos los estudiantes, no solo algunos, puedan aspirar a alcanzar esa meta y para ello deberá existir un interés conjunto del sistema educativo con los padres de familia que deberán estar conscientes del papel que les toca jugar en ese sentido.