Plan de Berlusconi suprimiría 50 mil plazas de maestros
| Sábado 04 octubre, 2008
Plan de Berlusconi suprimiría 50 mil plazas de maestros
Roma -- En uno de los libros infantiles favoritos de Italia, escrito en 1896, un maestro pierde la paciencia mientras intenta controlar una clase alborotada. El imaginario diario de un niño de tercer grado, de 10 años de edad, podría simbolizar el futuro de la educación primaria de Italia.
El primer ministro Silvio Berlusconi planea suprimir la mayor parte de los maestros que imparten asignaturas especializadas y limitar las clases en primaria a solo uno por aula a partir del próximo año. La reforma también reduciría la semana escolar en casi un 50%, lo que trastornará la vida de los padres que trabajan de los 2,8 millones de niños italianos de entre 6 y 10 años.
“Las madres estamos furiosas con este plan indecente”, dijo Laura Ottaviani, editora romana de libros, de 44 años de edad, con dos hijos en primaria. “Limitar el presupuesto de educación es una mala idea. Ya no estamos en el siglo XIX”.
Regresar a este modelo, abandonado hace 30 años, ayudará al país más endeudado de Europa a ahorrar 7 mil millones de euros ($10.300 millones) al año. Por lo menos desaparecerán unos 50 mil puestos de trabajo en las escuelas primarias, según Rino di Gennaro, director de Gilda, un sindicato que representa al 15% de los profesores de primaria de Italia. La ministra de Educación Mariastella Gelmini argumenta que, a la larga, el país estará mejor.
“Italia está dividida en dos”, dijo Gelmini, abogada y ministra por primera vez, a periodistas el 2 de octubre cuando llegó a una barricada de manifestantes apostados frente a sus oficinas en Roma. “Una Italia quiere profesores mejor pagados y una mejor enseñanza. La otra es simplemente un pequeño grupo de pusilánimes. No los voy a hacer caso”.
Los maestros y padres de familia han protestado por los recortes de empleo, que afectarán a 18.163 escuelas primarias públicas y a 240 mil empleados. El sindicato CGIL, el más grande de Italia, ha amenazado con convocar una huelga general en las escuelas si los legisladores -- que actualmente debaten el plan en el Parlamento -- no lo moderan.
En la apertura del curso escolar, el 15 de septiembre, los maestros se vistieron de negro para recibir a los padres que llevaban a sus hijos a la escuela primaria Capón, en Florencia. Quienes se oponen están dando pocas señales de estar cediendo. Este jueves los maestros realizaron una manifestación que duró toda la noche en 25 colegios de primaria de la capital con el lema “Día de No Gelmini”.
“Las amenazas de tomar las calles con huelgas no me impresionan”, dijo Berlusconi a periodistas el 29 de septiembre. “Tienen el efecto opuesto: me motivan todavía más a seguir por este camino”. Berlusconi tiene la mayoría más amplia de la democracia moderna de Italia: 340 escaños en la Cámara Baja, que cuenta con un total de 630.
Algunos cambios entraron en vigor el mes pasado, por decreto gubernamental. Los niños deben llevar “babi” (un blusón suelto abotonado por detrás) como uniforme, y los maestros tienen la potestad de hacer que los estudiantes repitan curso por mal comportamiento. El Parlamento tiene hasta finales de mes para validar el decreto del 1 de septiembre. La Cámara de Diputados empezará a votarlo el 6 de octubre.
El regreso a la figura del maestro único llega en un momento en que el número de alumnos por clase está creciendo y los profesores deben atender al aumento de hijos de inmigrantes.
En 1994 nacieron unos 9 mil niños de familias extranjeras. Actualmente ese número ha subido a 58 mil, según la oficina nacional de estadística. Hace una generación, las clases estaban limitadas a 25 alumnos, casi todos ellos de habla italiana, dijo di Gennaro. Ahora el promedio es de 29, y hasta la mitad de los estudiantes son hijos de inmigrantes cuya lengua materna no es el italiano. Actualmente las escuelas también ofrecen cursos como manejo de ordenadores y lengua inglesa, impartidos por maestros especializados.
“Están pidiendo el doble de trabajo con la mitad de personal”, dijo di Gennaro en una entrevista telefónica. “Que no me digan que el nivel no va a caer”.
El sistema público de educación de Italia ha pasado de ser uno de los mejores de Europa a uno de los peores en recursos destinados a educación y remuneración, según un informe del 9 de septiembre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, de la que forman parte 29 países.
Italia ocupa el último lugar, por detrás de la República Checa, en gasto. Menos del 10% del gasto público total se destina a educación. Ocupa la posición número 23, por detrás de Eslovenia, en remuneración de los maestros. El salario inicial de un maestro de primaria en Italia es de 21.257 euros al año, en comparación con los 35.363 euros en Alemania, según datos de 2006.
Roma -- En uno de los libros infantiles favoritos de Italia, escrito en 1896, un maestro pierde la paciencia mientras intenta controlar una clase alborotada. El imaginario diario de un niño de tercer grado, de 10 años de edad, podría simbolizar el futuro de la educación primaria de Italia.
El primer ministro Silvio Berlusconi planea suprimir la mayor parte de los maestros que imparten asignaturas especializadas y limitar las clases en primaria a solo uno por aula a partir del próximo año. La reforma también reduciría la semana escolar en casi un 50%, lo que trastornará la vida de los padres que trabajan de los 2,8 millones de niños italianos de entre 6 y 10 años.
“Las madres estamos furiosas con este plan indecente”, dijo Laura Ottaviani, editora romana de libros, de 44 años de edad, con dos hijos en primaria. “Limitar el presupuesto de educación es una mala idea. Ya no estamos en el siglo XIX”.
Regresar a este modelo, abandonado hace 30 años, ayudará al país más endeudado de Europa a ahorrar 7 mil millones de euros ($10.300 millones) al año. Por lo menos desaparecerán unos 50 mil puestos de trabajo en las escuelas primarias, según Rino di Gennaro, director de Gilda, un sindicato que representa al 15% de los profesores de primaria de Italia. La ministra de Educación Mariastella Gelmini argumenta que, a la larga, el país estará mejor.
“Italia está dividida en dos”, dijo Gelmini, abogada y ministra por primera vez, a periodistas el 2 de octubre cuando llegó a una barricada de manifestantes apostados frente a sus oficinas en Roma. “Una Italia quiere profesores mejor pagados y una mejor enseñanza. La otra es simplemente un pequeño grupo de pusilánimes. No los voy a hacer caso”.
Los maestros y padres de familia han protestado por los recortes de empleo, que afectarán a 18.163 escuelas primarias públicas y a 240 mil empleados. El sindicato CGIL, el más grande de Italia, ha amenazado con convocar una huelga general en las escuelas si los legisladores -- que actualmente debaten el plan en el Parlamento -- no lo moderan.
En la apertura del curso escolar, el 15 de septiembre, los maestros se vistieron de negro para recibir a los padres que llevaban a sus hijos a la escuela primaria Capón, en Florencia. Quienes se oponen están dando pocas señales de estar cediendo. Este jueves los maestros realizaron una manifestación que duró toda la noche en 25 colegios de primaria de la capital con el lema “Día de No Gelmini”.
“Las amenazas de tomar las calles con huelgas no me impresionan”, dijo Berlusconi a periodistas el 29 de septiembre. “Tienen el efecto opuesto: me motivan todavía más a seguir por este camino”. Berlusconi tiene la mayoría más amplia de la democracia moderna de Italia: 340 escaños en la Cámara Baja, que cuenta con un total de 630.
Algunos cambios entraron en vigor el mes pasado, por decreto gubernamental. Los niños deben llevar “babi” (un blusón suelto abotonado por detrás) como uniforme, y los maestros tienen la potestad de hacer que los estudiantes repitan curso por mal comportamiento. El Parlamento tiene hasta finales de mes para validar el decreto del 1 de septiembre. La Cámara de Diputados empezará a votarlo el 6 de octubre.
El regreso a la figura del maestro único llega en un momento en que el número de alumnos por clase está creciendo y los profesores deben atender al aumento de hijos de inmigrantes.
En 1994 nacieron unos 9 mil niños de familias extranjeras. Actualmente ese número ha subido a 58 mil, según la oficina nacional de estadística. Hace una generación, las clases estaban limitadas a 25 alumnos, casi todos ellos de habla italiana, dijo di Gennaro. Ahora el promedio es de 29, y hasta la mitad de los estudiantes son hijos de inmigrantes cuya lengua materna no es el italiano. Actualmente las escuelas también ofrecen cursos como manejo de ordenadores y lengua inglesa, impartidos por maestros especializados.
“Están pidiendo el doble de trabajo con la mitad de personal”, dijo di Gennaro en una entrevista telefónica. “Que no me digan que el nivel no va a caer”.
El sistema público de educación de Italia ha pasado de ser uno de los mejores de Europa a uno de los peores en recursos destinados a educación y remuneración, según un informe del 9 de septiembre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, de la que forman parte 29 países.
Italia ocupa el último lugar, por detrás de la República Checa, en gasto. Menos del 10% del gasto público total se destina a educación. Ocupa la posición número 23, por detrás de Eslovenia, en remuneración de los maestros. El salario inicial de un maestro de primaria en Italia es de 21.257 euros al año, en comparación con los 35.363 euros en Alemania, según datos de 2006.