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Piedra en el pecho

Luis Alberto Muñoz redaccion@larepublica.net | Viernes 11 abril, 2014


En lugar de desatar una inquisición, Liberación debería asumir su responsabilidad


Entre cielo y tierra

Piedra en el pecho

Con una piedra en el pecho se debería dar Liberación Nacional, en lugar de perseguir a su excandidato, Johnny Araya.
Los resultados de las elecciones del domingo pasado fueron no más que la sumatoria de una serie de desaciertos que viene sufriendo este partido.
La decisión de Araya, de sincerarse tras una clara lectura de la voluntad popular por un cambio político, no es la principal causa de la crisis que sufre esta agrupación. Esto ha sido un chivo expiatorio.
En realidad ha pesado más la incapacidad de ejecutar un proyecto-país en ocho años consecutivos en el poder, sin relevantes frutos que mostrar en términos de la lucha contra la pobreza, la construcción de infraestructura y mejoras en la atención de la salud pública.
Estos rubros son parte de una costosa factura electoral que hoy la ciudadanía le está cobrando al partido como un todo.
Así por ejemplo coincide el calculado anuncio, después de las elecciones, de los cierres de operaciones de Intel y Bank of America en el país. Estos son también consecuencias de la apuesta a una agenda de desarrollo unidimensional.
No hay duda que la incorporación comercial de Costa Rica al mundo ha sido un acierto, y como resultado de ello hoy somos uno de los países con más tratados bilaterales y multilaterales. Pero no por ello, se debió descuidar la agenda interna de desarrollo.
La dura situación que sufren los pequeños campesinos, pescadores y familias que subsisten directa o indirectamente del agro, son los azares de un modelo económico centrado más en resolver dilemas monetaristas que problemas reales de la producción.
Costa Rica desaprovechó los años de vacas gordas durante administraciones liberacionistas y las medidas para mitigar los daños de la crisis han dejado a la nación con un preocupante déficit y con una planilla pública cada vez más grande.
Sería injusto culpar solamente al exalcalde josefino por esta debacle, y no asumir como organización, el hacer la vista gorda ante problemas sociales y económicos tan evidentes y relevantes.
Hoy todavía al cierre de la actual administración, Costa Rica sigue siendo uno de los países con los márgenes de intermediación bancaria más altos de América Latina. Hasta hoy no se conocen con claridad los criterios con los que el Banco Central interviene el mercado cambiario y sufrimos tasas de interés en un sistema financiero catalogado por los índices de competitividad mundial como uno de los más deficientes del mundo para realizar negocios.
Está claro que Liberación ha gobernado siguiendo intereses específicos; ahora debe asumir las consecuencias de haber perdido su mira en atender los problemas que afectan al grueso de los costarricenses.

Luis Alberto Muñoz Madriz
@luisalberto_cr

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