Piden cierre de vía a Caldera
Vecinos, usuarios, autoridades y la propia Presidenta de la República han sugerido el cierre de la vía a Caldera ante el constante desprendimiento de materiales que pone en riesgo la integrid
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 10 junio, 2010

Ante los sucesos ocurridos en la carretera a Caldera desde su inauguración, una cosa es clara: no es una vía segura. La gente no puede transitarla sin riesgos provenientes de las obras realizadas para su construcción.
Con esto coinciden vecinos, usuarios, autoridades y la propia Presidenta de la República, quienes han solicitado el cierre de la vía, de acuerdo con lo publicado ayer por este medio.
Esta debería ser la medida que se tome hasta que la carretera esté en verdaderas condiciones de uso sin riesgos originados en las obras realizadas para habilitarla.
Se sabe que transitar por una vía pública, como cualquier otra cosa conlleva riesgos, como es el caso de distintos tipos de accidentes que muchas veces ocurren por imprudencia de los mismos conductores.
Pero esa no es la situación de la vía a Caldera. Ahí los riesgos aumentan por las condiciones mismas de la carretera. Más concretamente, por la forma en que se realizaron los taludes en los sitios en que fue necesario cortar montaña o lomas para que la vía atravesara por donde el diseño marcaba.
Los desprendimientos de piedras o rocas, provenientes de las laderas de montaña a los lados de la vía que se producen y caen en cualquier momento sobre la carretera, sin que esto pueda preverse, son de suficiente tamaño como para provocar graves accidentes e incluso ya costaron una vida humana.
A pesar de esto, los técnicos y la empresa responsable del proyecto no ven necesario clausurar el paso por esa ruta hasta que ofrezca total seguridad desde el punto de vista en cuestión.
Aquí surgen muchas preguntas: ¿Debe mantenerse abierto el paso por esa ruta y solo responderse con indemnizaciones en casos de accidentes o pérdidas materiales o de vidas humanas? O debe el Estado costarricense exigir lo necesario para brindar a la población la seguridad que le corresponde.
¿Cuáles fueron las condiciones estipuladas en el contrato de concesión de la vía a Caldera en materia de cortes de tierra o taludes a los lados de la carretera? ¿Quién tiene la responsabilidad sobre la forma en que esos taludes se hicieron? ¿Quién aprobó, antes de recibir esa carretera, dichos taludes tal como fueron hechos si, es obvio, serían peligrosos? ¿Por qué se recibió esa vía en tales condiciones?
Son muchas las preguntas que la gente se hace. Lo que no tenemos los ciudadanos, que pagamos por la construcción de la vía a Caldera, son las respuestas.